Desesperada por escapar de la voz de mi hermana, lucho y me libero de la pesadilla.
La luz brillante en la habitación desconocida.
Me duele los ojos tengo que parpadear unas cuantas veces para ajustar mi visión.
El primer rostro que veo es el de Ana. Puedo ver su boca moviéndose, formando palabras. Pero, no puedo oírla.
Hay un zumbido constante en mis oídos que aumenta de volumen, cuanto más trato de escuchar lo que me está diciendo.
Siento el ligero dolor en mi cuerpo, pero el latido sofocante en mi costado y mi cabeza se han ido.
—C... Oye... —las palabras de Ana se vuelven un poco claras.
La siguiente cara la veo si de Giana. Ella corre a mi lado y empuja a Ana a un lado para que pueda hablar en su lugar.
Confundido, mi mirada cambia entre los dos.
Giana se agacha y toma mis ho
