POV DE NATALIA.
Me duele la cabeza. Lo juro por la Diosa de la Luna, se siente como si mi cráneo estuviera aplastado. Gimo, alcanzando mi cabeza con mis manos.
—Te despertaste —la voz de Ana cae sobre mis oídos.
—¿Qué - ¿Qué estás haciendo en mi habitación? —grazno, manteniendo los ojos cerrados.
—No estamos en tu casa —Giana murmura desde algún lugar cercano.
Siento que mis cejas se disparan. Duele hacerlo incluso inconscientemente.
—¿Qué significa eso - eso significa? —suspiro.
—Significa que hemos logrado ejecutar lejos —Giana gorjea.
Mis ojos se abren de golpe con horror. Un techo blanco desconocido me devuelve la mirada. Parpadeo un par de veces para deshacerme de la niebla que nubla mi mente.
—Dormir por un rato —la voz de Giana me susurra.
Me levanto de un salto y miro a m
