PUNTO DE VISTA DE NATALIA. —Si necesitas algo, házmelo saber. Estaré afuera, Luna —el hombre de unos treinta años me dice cortésmente. Tomo un sorbo de mi café y lo miro por debajo de mis pestañas. Pasó todo el día y ese idiota finalmente decidió abrir la casa. Envió a los mismos dos hombres para cuidarme o más bien vigilarme que envió cuando Enzo me llevó. —¿Cómo te llamas? —pregunto, dejando la taza sobre la mesa de café. —Jake Houston. Luna —responde secamente. Él está haciendo todo lo posible para no mirarme y mirar a la pared en su lugar. —¿Qué pasó con los guerreros de la manada del Bosque del Norte? Sé que ustedes dos solo estaban fingiendo estar perdiendo —cruzando mis brazos sobre mi pecho, pregunto... Jake mira en mi dirección y abruptamente desvía la mirada cuando me enc