Antonella. —¿No piensas volver?. —Si. —vuelvo a mirar por la ventana como hago todos los días y casi todo el día—. En unos días ya no me vas a ver... Tranquilo. —No estés a la defensiva. —Es que todos los días me dices lo mismo. —me sorprende que ni una lágrima he derramado—. Mañana me voy no te preocupes. —¿Qué pasó?. —me giro viendo como muy tranquilamente se sienta en la cama—. Tengo cinco mujeres hija... Sé que algo pasó con Federico. —Él... No sé si está conmigo de verdad o sigue... Sigue... —Investigando. —asiente sonriendo—. Sientes que te interroga. —Todo el tiempo. —levanto las manos caminando hacia todos lados—. Me pregunta todo... Hasta cada mínimo detalle quiere saber, detalles que no sé y se enoja si le digo que no lo sé. —me quiero quedar quieta pero no puedo—.