CAPÍTULO 21 Introduzco la llave con mucho cuidado de no hacer ruido, abro y cierro la puerta con cautela, caminando en puntillas y subiendo las escaleras minuciosamente. Al parecer nadie me ve ni me ha escuchado para mi alivio. —¿Dónde estabas? Escucho la voz de mi hermano detrás de mí y me asusto, por lo que casi tropiezo. Me doy la vuelta y me lo encuentro con los brazos cruzados y el ceño fruncido, debe estar realmente molesto. —He estado buscándote toda la tarde, Reeva. ¿Por qué no me avisaste que ibas a salir? ¿Y por qué faltaste a tu última clase? —Estaba... Espera, ¿Mamá y papá están aquí? —Fueron a comprar comida, les dije que estabas en casa de Lillien. Si sigues escapándote no mentiré más por ti —declara con severidad, y sé que es en serio. Bajo las escaleras y me acerco a
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