Lucia
- Buen día – digo acercándome a la isla en medio de la cocina donde Carlos y Fernanda preparaban el desayuno
- Buen día Lu – dijeron al unísono
- Que me hicieron de rico
- A ti nada – dijo Carlos, siempre peleando conmigo
- JA, claro papá, dame eso – dije mientras le quitaba la tostada de su mano dándole un mordisco
- ¡¡¡Fernanda!!! Mira lo que acaba de hacer esta niña
- Ay Carlos no empiecen y tu Lucia, aquí hay para todos – me indico sirviéndome café
- Gracias Fer – dije bebiendo un sorbo de esa bebida que me tiene adicta.
- Por nada, ¿te quedas a pasar el día? Aprovechemos que está lindo y tomamos sol en la piscina
- CLARO QUE SI DULZURA – le respondí emocionada
- Bien, termina de desayunar y vamos a mi closet que te presto un bikini
Así se pasó mi domingo entre risas, sol y piscina. – que falta que me hacia.
Al atardecer escucho como suena mi celular
- ¿Hola? – dije dudando al contestar ese numero desconocido
- Buenos días señorita Monfort, le habla Erick Jones – este si es mi jefe – Era para avisarle que a partir de mañana le corresponde cubrir el turno de la noche
- Perfecto señor, ¿en la casa del señor Esposito?
- Eso dependerá de donde el se encuentre, tiene que mantenerse en contacto con sus compañeros que le indicaran cada día donde tiene que ir, no necesita usar ropa de oficina, use lo que a usted le siente comodo, ya que sigue estando encubierta en caso de salir de la casa del señor.
- Perfecto señor Jones, allí estaré.
Termino la llamada confirmando mi cambio de horario, aunque la verdad me dejaba un poco nerviosa después de recordar lo que sucedió el viernes por la noche en el bar, pero que más da Lucia, estaba borracho.
Enseguida de esa llamada regrese a mi casa, fui por una ducha y al saber que la siguiente noche tenia que estar despierta pase esta noche de la misma forma, viendo películas y leyendo algunas noticias ya que hacia varios días no me informaba.
Luego que amaneció me dirigí a mi cama y dormí hasta el medio día, me levante, me cocine y luego de lavar los trastes seguí durmiendo, a las cinco de la tarde mi despertador me saco de mis sueños
- Ay querido como te odio – le dije a ese despertador que me acompaña desde mi infancia mientras lo golpeaba para que se apagara
Me duche, seque mi pelo, elegí una ropa cómoda y que me haga pasar desapercibida, una remera de una banda de rock, jeans, encima de estos las correas para poner mi arma y un abrigo por encima para la noche.
Lo siguiente fue llamar a Alex para que me orientara
- Hola Lu – responde Alex
- Hola Ale, llamaba para preguntarte a donde tengo que ir, ya estoy pronta
- No, te pasan a buscar, no conviene que vayas en tu auto.
- Perfecto los espero
A los minutos al escuchar la bocina salí corriendo con una mochila en mis brazos con algunas cosas para soportar la noche. Me subo a la camioneta y saludo
- Hola lindos – dije dirigiéndome a mis compañeros, pero claro, siempre tonta, escuche como alguien se aclaraba la voz.
- Muchas gracias Señorita, pero creo que esos no son modos – Me decía el señor Daniel girándose en su asiento de copiloto, ¿Cómo iba a saber que el estaba ahí? ¿A quien se le ocurre que el venga a buscarme con mis colegas?
- Disculpe señor, no sabia que usted estaba aquí – dije apenada
- No hay problema – dijo largando una carcajada a lo que mis otros dos colegas lo acompañaron y yo lo único que hacia era mirarlos con odio, malditos
Y en silencio nos fuimos a la mansión del jefecito, que digo mansión, esto era un palacio. Al bajar de la camioneta el jefe se adentro a la casa mientras yo me dirigí a uno de mis compañeros
- López ¿verdad? – le dije
- Si señorita, pero dígame Raúl, acompáñeme que le voy contando aquí en la mansión viven el Señor Esposito – que no diga su novia, que no diga su novia – sus padres y hermana – ufa – Nosotros nos encargamos del cuidado de todos, usted junto a Lucas estarán específicamente en el servicio junto al señor Daniel, aquí en la casa todos son muy amables, aunque claro tenemos que saber ocupar nuestro lugar y no entrometernos en lo que no nos incumbe, a veces hablamos y a veces solamente somos estatuas, esto es muy diferente al trabajo en la empresa. Cualquier duda que tenga no dude en preguntarme a mi o alguno de sus colegas
- Perfecto Raúl, muchas gracias, ahora dígame por donde voy
- Seguramente el señor este en su cuarto, espere en la cocina y manténgase cerca de el
- Okay
Me adentre a la mansión, observando a una adolescente sentada en un sofá del tamaño de mi apartamento viendo series, me saludo, la correspondí, supongo sea la hermana.
Seguía buscando la cocina de esta casa tan grande cuando vi a una señora limpiando me acerque
- Hola señora, me podría decir donde es la cocina, soy nueva y me dijeron que espere al señor Daniel allí
- Si pequeña, acompáñame, soy Marta, trabajo en la casa hace muchos años, desde que el señor Daniel era solo Danielito – reí por lo bajo – cualquier duda que tengas no dudes en consultarme
- Hola Lucía – me dijo Lucas cuando entraba a la cocina
- Lucas no toques eso que es para la cena – Dijo Marta mientras Lucas dejo lo que había agarrado y estaba por poner en su boca sobre la mesada
- Hola Lucas, así que ahora nos va a tocar compartir al señor Daniel
- ¿Compartirme?– Oh si, para mi suerte el señor estaba ingresando a la cocina
- Eh disculpe señor, me refería a compartir su seguridad, perdón si me mal interprete – mientras eso Lucas se tapaba la cara riéndose y Marta se ponía de espaldas seguramente también para reírse
- Ah sí claro Monfort – dijo en un tono burlón – Muy bien Lucas, escúchame tengo que ir a la casa de Tomas que es su cumpleaños el día de hoy, quiero que vayan ustedes dos conmigo, no precisan ingresar al apartamento ni tampoco quiero montar todo un operativo, estaremos solo unos amigos y amigas ahí – dijo mientras me observaba
- Perfecto señor – dijo Lucas
- Perdón señores, ¿pero le parece bien que si primero ingresamos al apartamento para asegurarnos que este todo en orden? – dije observando a los hombres que se encontraban frente a mi
- La verdad prefiero que no, estoy un poco cansado de todo esto, solo quiero tener una noche tranquila
- Vuelvo a insistir y disculpe por hacerlo, pero creo de fundamental importancia vigilar que este todo bien y que no haya nada fuera de lugar que pueda llegar a afectarle
- ¿Así que te preocupa que algo me haga daño Monfort? – dijo poniéndome algo inquieta, pero si lo que quería era intimidarme, usted no sabe con quien se mete
- Si claro señor, de eso conlleva mi labor, su bienestar. – dije lo mas seria posible y vi como su cara se transformaba de burlona a seria en un instante
- Perfecto señorita, cuando lleguemos a la casa ustedes inspeccionan iré a descansar media hora, les agradezco me avisen antes de las 20 – salió de la cocina, que lindo trasero señor, LUCIA CALMATE, bueno si es hermoso ¿que problema hay con mirarlo?
- Lucia vamos – me dijo Lucas sacándome de mis pensamientos – no te olvides que somos su trasero, todo el tiempo detrás de el
- Y que trasero – ups se me escapo
- ¿Que dices? – dijo abriendo sus ojos en plato para luego reírse
- Que somos un muy lindo trasero nosotros dos juntos – le dije guiñándole un ojo mientras seguíamos los pasos de nuestro protegido. Tengo que tener más cuidado con lo que digo.
Se pasaron los siguientes cuarenta minutos, yo y Lucas sentados en la puerta de la habitación del señor Daniel
- Lucas – llame su atención – ¿No habría que llamarlo? Ya son casi las veinte
- Si claro, llámalo tu
- ¿Yo? ¿Por qué yo? Llámalo tu
- Dale Lucia, no tengas miedo, no muerde
- ¿De verdad? – dije y el solamente asintió con su cabeza. Golpee la puerta un par de veces, nada, silencio absoluto.
- Nunca responde así, hay que entrar – me dijo Lucas serio
- ¡Pero que carajos! ¿Como voy a entrar a su habitación? ¿Acaso soy su niñera?
- No Lucía, cumples ordenes y el ordeno llamarlo, como es tu primer día te toca a ti – dijo riéndose mientras yo lo fulminaba con la mirada
Ingrese al dormitorio y pude ver ese cuerpo musculoso tendido en su cama, cubierto por una fina sabana blanca con ese cabello oscuro revuelto. Me acerque a la cama y dije
- Señor Esposito, son las veinte
- Mhmm – dijo removiéndose en su cama y descubriendo su cuerpo que solo tenia un calzoncillo sobre el. Dios saca estos pensamientos injuriosos de mi cabeza por favor
- Señor – volví a decir mientras veía que el seguía durmiendo plácidamente – Señor, es hora
- No quiero, ven aquí – me dijo dormido tirando de mi brazo, lo que no esperaba era la fuerza que tengo a lo que ni siquiera me movió por lo tanto hizo que el se cayera de la cama
- ¡¡¡Señorita!!! ¿Que hace en mi habitación? – dijo el con los ojos de par en par mientras se levantaba del piso – que hago en el piso
- Disculpe señor, usted me tomo del brazo y lo cinche, eh venia a decirle que ya son las veinte, golpee la puerta pero usted no respondió
- ¿Por qué no entro Lucas? No creo adecuado que me vea así – dijo apuntándose a el mismo
- Si claro señor, Lucas fue al baño por eso estoy aquí – dije cubriendo a Lucas pero asegurándome de que me las iba a pagar – y quería dejarlo tranquilo asegurarle que estoy aquí para cuidar de su seguridad señor.
- Si claro a eso me refería Monfort, retírate, en unos minutos salgo
Salí de la habitación roja de la furia contra Lucas quien me había puesto una trampa
Al acercarme a el lo tome del cuello y lo puse contra la pared
- Escúchame bien González, no se por quien me tomas pero estoy aquí para trabajar al igual que tu, no me tires tus bromitas porque te va a ir muy mal, de verdad que me caíste bien al principio, pero no te creas que porque soy mujer puedes hacerme este tipo de bromas, es una advertencia. – le dije soltándolo sin alejarme mucho de el fulminándolo con la mirada.
- No quiero relaciones en el trabajo. – dijo el señor Daniel, lo que me faltaba.
- Claro que no señor, le estaba dando órdenes a Lucas. – dije mientras lo observaba
- Mejor señores – dijo mi jefe, quien se adelantaba bajando las escaleras de su casa, unos metros atrás nos encontrábamos Lucas y yo siguiendo sus pasos
- Perdón lucia no creía que lo tomarías así, de verdad no se volverá a repetir – dijo Lucas mientras se tocaba su cuello donde minutos atrás mis manos apretaron; yo solamente lo mire rodeando mis ojos y seguí mi camino.