─Posiblemente me destierre de la familia, por manchar la reputación en la sociedad y será peor de lo que ocurrió con mi hermana, ¿nos podrían obligar a casarnos, dejando de lado su matrimonio? No lo creo ─respondo, queriendo no pensar en las posibles consecuencias de nuestros actos. Yuli suspira con pesar. ─Lo único que me preocupa de todo esto es tu corazón ─anuncia. ─Pues está muy acostumbrado a ser lastimado ─digo, con un tinte de gracia. ─No digas tonterías, no mereces más eso… quiero verte feliz, casada y que me des muchos sobrinos hermosos ─comenta, dejando salir una carcajada. ─Eso ya lo veremos, los hombres buenos están escasos. ─Espera, ¿no asistirás a las fiestas de la temporada? Mi madre al parecer tiene un buen partido para mí ─señala, suspirando. Mis ojos se colo