El eco de los pasos de Alina resonaba en los pasadizos oscuros mientras corría, con el pecho ardiendo y las lágrimas quemando sus mejillas. Su madre había luchado con valentía para protegerla, pero el precio de esa valentía aún era incierto. Cada paso que daba hacia el escondite donde la esperaban Kael y Selene era una mezcla de esperanza y miedo.
Cuando finalmente llegó, Kael la atrapó en sus brazos antes de que se desplomara al suelo.
“¿Qué pasó? ¿Dónde está la reina?” preguntó con urgencia, sus ojos buscando respuestas en el rostro de Alina.
“Gavric…” jadeó Alina, apenas capaz de articular las palabras. “Nos encontraron. Mi madre… Adrien… los capturaron.”
Kael cerró los ojos con fuerza, su mandíbula apretada mientras contenía su furia. Selene se acercó, poniendo una mano en el hombro de Alina.
“Sabíamos que esto podría suceder,” dijo Selene con un tono más sereno, aunque sus ojos estaban cargados de preocupación. “Pero ahora necesitamos concentrarnos en lo que sigue. Si tu madre está viva, no descansará hasta que Gavric sea detenido. Tenemos que hacer lo mismo.”
Decisiones Bajo Presión
La pequeña sala que servía como escondite estaba llena de tensión. Kael caminaba de un lado a otro, su mirada fija en el suelo como si buscara respuestas en las piedras. Selene estudiaba el mapa del castillo, trazando posibles rutas de escape.
“Alina,” dijo Kael finalmente, deteniéndose frente a ella, “¿qué viste exactamente en el consejo? ¿Hay algo que podamos usar en su contra?”
Alina recordó las visiones que el orbe les había mostrado. Los acuerdos secretos, las órdenes de eliminar a Kael, y, sobre todo, el ritual que planeaban realizar con su sangre.
“Gavric planea usarme,” explicó. “Durante la próxima luna llena, hará un ritual para consolidar su poder. Si lo logra, no habrá manera de detenerlo.”
Selene levantó la vista del mapa. “Entonces debemos actuar antes de la luna llena. ¿Qué tan lejos están dispuestos a llegar para detenerlo?”
Kael miró a Selene, y luego a Alina. “Lo que sea necesario.”
Un Plan Desesperado
La primera parte del plan requería salir del castillo sin ser detectados, pero eso no sería fácil. Los guardias de Gavric patrullaban cada esquina, y el riesgo de ser descubiertos era alto.
Selene sugirió un túnel secreto que conectaba el castillo con las afueras del bosque, pero el acceso estaba sellado y requeriría la llave que solo los consejeros de alto rango poseían.
“Adrien mencionó un escondite donde guardaba documentos,” recordó Alina. “Quizás podamos encontrar algo allí que nos ayude.”
Kael asintió. “No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Si Gavric sabe que escapaste, enviará a más guardias a buscarnos.”
Con el plan en mente, el trío se preparó para moverse. Alina ajustó el amuleto alrededor de su cuello, sintiendo cómo el poder de la piedra lunar le daba un destello de valentía.
El Escondite De Adrien
El camino hacia el escondite de Adrien era peligroso. Los corredores estaban plagados de guardias, y el trío tuvo que depender de las habilidades de Kael para moverse en las sombras y evitar ser detectados.
“Por aquí,” susurró Kael, guiándolos hacia una puerta oculta detrás de una estatua. “Adrien solía hablar de este lugar. Dijo que lo usaba para guardar cosas que nadie más debía ver.”
Selene examinó la cerradura. “Está protegida con un sello mágico. Esto llevará tiempo.”
Mientras Selene trabajaba para abrir la puerta, Alina y Kael vigilaban los alrededores. El silencio del pasillo era inquietante, pero ambos sabían que no podían bajar la guardia.
Finalmente, el sello se rompió con un destello de luz, y la puerta se abrió. Dentro, encontraron un pequeño cuarto lleno de documentos, mapas y artefactos antiguos.
“Busca algo que nos dé ventaja,” dijo Kael, mientras revisaba una pila de pergaminos.
Alina se acercó a un mapa detallado del castillo. En él, encontró marcado el túnel secreto que Selene había mencionado, junto con notas sobre cómo acceder a él.
“Esto es lo que necesitamos,” dijo Alina, sosteniendo el mapa.
La Huida Hacia El Bosque
Con el mapa en mano, el trío se dirigió hacia el túnel. El viaje fue tenso, con cada sonido y sombra aumentando la paranoia. Pero finalmente llegaron a la entrada, un portón antiguo cubierto de enredaderas.
“Estamos cerca,” dijo Selene, empujando las puertas abiertas.
El túnel era oscuro y húmedo, pero ofrecía una salida segura hacia el bosque. Sin embargo, no estaban solos. Mientras avanzaban, comenzaron a escuchar ruidos detrás de ellos: pasos apresurados, voces que resonaban en la distancia.
“Nos encontraron,” dijo Kael, sacando su espada. “¡Corran!”
El grupo aceleró el paso, pero los guardias los alcanzaron antes de que pudieran salir. Lo que siguió fue una lucha desesperada, con Kael y Selene enfrentando a los guardias mientras Alina intentaba abrir la puerta al final del túnel.
Finalmente, lograron escapar, pero no sin pagar un precio. Selene había recibido una herida en el brazo, y Kael estaba visiblemente agotado por la pelea.
Una Noche Bajo Las Estrellas
El bosque les ofreció refugio, pero también nuevos desafíos. Mientras Selene descansaba para recuperar fuerzas, Kael y Alina discutían su próximo movimiento.
“Si Gavric sabe que escapamos, no se detendrá hasta encontrarnos,” dijo Kael, mirando hacia el castillo en la distancia.
“Entonces debemos adelantarnos,” respondió Alina. “Si logramos encontrar más aliados, podemos enfrentarlo antes de que sea demasiado tarde.”
Kael miró a Alina con una mezcla de admiración y preocupación. “Eres más fuerte de lo que crees, pero también debes tener cuidado. Gavric no subestima a sus enemigos.”
Esa noche, Alina se quedó despierta, mirando las estrellas mientras reflexionaba sobre todo lo que había perdido y lo que aún tenía que proteger. Sabía que el camino que le esperaba sería peligroso, pero estaba decidida a luchar por su reino y por las personas que amaba.