Capítulo 14

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  Al escuchar su reacción, ambos se sobresaltaron un poco por un momento, su respiración se volvió más agitada y sus manos se movieron con más agilidad. Justo en este momento, alguien tocó la puerta inesperadamente: “Tok, tok, tok... Tok tok tok...” El sonido se escuchaba de vez en cuando, por ende parecía que la persona no estaba decidida a irse.   De repente volvieron a sus sentidos al ver claramente en qué posición estaban, se separaron como si hubieran practicado esto antes. Entonces, ambos comenzaron a calmarse, por una parte Frederick estaba bien, por el otro Sheryl tenía los botones sueltos y su cara sonrojada. Al verla de esa manera, le dijo en voz baja: “Vístete y vuelve a tus libros”   Después de eso, él reguló su respiración y acomodó su corbata; tras respirar profundamente, finalmente se calmó. Sheryl con su rostro descontento pensó en quien podía ser ¡Cómo se atrevía a interrumpir su tiempo a solas! No era fácil para ella y Frederick tener una oportunidad de mejorar su relación, y aun así eran interrumpidos de esa manera. ¡Era una pena!   Cuando terminaron de arreglarse, Frederick regresó a su escritorio. Ella bajó la cabeza y continuó leyendo sus apuntes en silencio; justo en ese momento él respondió casualmente al llamado: “Adelante”   Zayne abrió la puerta y entró respetuosamente con una pila de documentos en los brazos. Saludó con la cabeza a Frederick y dijo: “Presidente”   Tan pronto como terminó de saludarlo pecibió que alguien le lanzaba una mirada fría, esto provocó que se estremeciera, ya que parecía como si alguien quisiera asesinarlo. A primera vista, la persona que lo miraba era Sheryl, quien estaba sentada en la mesa del presidente; al darse cuenta de su actitud, Zayne se estremeció y pensó en cuál era el error que cometió o si la había provocado, pues no entendía por qué lo miraba fríamente.   ¿Volverá a causar problemas? Una vez que pensó en esto, una sensación de ansiedad se esparció por todo su cuerpo y se le puso la piel de gallina. Afortunadamente, en este momento, el rostro de Frederick eran tan frío como el hielo cuando le preguntó: “¿Qué pasa?”   Lanzó un suspiro de alivio, tomó los materiales en la mano y se los pasó a Frederick diciéndole: “Presidente, este es un proyecto que acaba de ser anunciado. Por favor, fírmelo después de haberlo aprobado”   Frederick se mantuvo tranquilo y sereno, asintiendo levemente con la cabeza. Luego, Zayne agregó: “Entonces me retiro” Después de decir eso, cerró la puerta.   Al ver que el hombre finalmente se había ido, una vez más Sheryl desató sus instintos naturales, lo miró con ojos ansiosos, esperando que pudieran continuar con lo que habían empezado. Pese a todos sus esfuerzos, el rostro de Frederick se mantuvo tranquilo sin ningún movimiento; era como si lo que acababa de ocurrir nunca hubiera pasado. Se enfocó en mirar a los documentos que tenía en las manos y ni siquiera levanto la vista hacía ella, comprendió que él no quería continuar.   Como él no quería pensar en eso, ella no tuvo más remedio que dejarlo en paz. Sin embargo, gruñó descontenta, como si lo estuviera haciendo deliberadamente para que él la escuchara. Aun así Frederick no mostró ninguna reacción, por lo que ella continuó enfocándose en sus estudios; al mediodía, Zayne vino a informarles que se iba a realizar una junta importante, él la miró y dijo impotente: “Tendré una reunión, así que no podré almorzar contigo. Busca algo para comer y no te mueras de hambre”   Después de eso, se dio media vuelta y siguió a Zayne a la sala de conferencias; Sheryl pensó que era lo que estaba pasando, pero no era capaz de culparlo; por supuesto, el trabajo era más importante. Tras pensar un rato, de pronto sus ojos se iluminaron y dijo: “Ya que no puede comer conmigo, ¿Por qué no le compró algo de comida? Entonces comeremos juntos”   ¡Qué excelente idea! Se alabó y bajó las escaleras para ir a un restaurante cercano; ahora bien, no esperaba encontrarse con William Gu tan pronto como entró. Estaba vestido con un traje informal gris, de pie no muy lejos de ella, mirando alrededor como si estuviera esperando a alguien. No pudo evitar maldecir y pensó que debía tener la peor suerte del mundo, ¿Por qué tenía que encontrarse con él en un lugar así?   Luego se cubrió la mitad del rostro con la mano, se apoyó en el mostrador para pedir su comida y se sentó en silencio en una de las mesas cercanas, mientras empacaban su comida. En cuanto a William, pensó que si no lo provocara, él no notaría su presencia, así que simplemente lo evitó. De todas formas, parecía que sabía que ella estaba aquí, pues la encontró en cuanto volteó e incluso tomó la iniciativa de acercarse a ella.   Luego, le dijo de manera generosa: “Sheryl, no esperaba encontrarte aquí. ¿Ya has comido? ¡Qué coincidencia! ¿Por qué no te invito a comer?” Sentándose frente a ella con naturalidad, fingiendo ser un caballero.   En realidad se comportó como uno, o al menos eso era lo que transmitía a los demás. De lo contrario, Julia no la habría convencido de que le gustara con locura, pero ahora las cosas habían cambiado. Aunque tenía una apariencia refinada, quién sabía lo que estaba planeando en secreto; debido a que sabía perfectamente que William y Julia eran la misma clase de personas. Superficialmente parecían inofensivos, pero en realidad, estaban conspirando contra ella.   Pensando en esto, se sintió asqueada, hizo un gesto con la mano y dijo: “No, gracias”   Él contestó: “Sheryl, no tienes que ser educada conmigo. Nos conocemos desde hace tanto tiempo, y únicamente quiero invitarte a almorzar. Ya era hora de que tuviera que hacerlo”   Al terminar sus palabras, levantó la mano con la intención de llamar al mesero para que tomara su pedido. Sin embargo, ella detuvo el gesto, negó con la cabeza y anunció firmemente: “William, gracias por tu amabilidad, realmente no la necesito. No tengo apetito, simplemente he pedido comida para llevar”   No quería acercarse a William, por lo que su actitud era tan fría como el hielo. Inesperadamente, él pensó que se estaba haciendo la difícil, ya que antes la había menospreciado. Ahora que se puso bonita, ¿Cómo permitiría que la tomara fácilmente?   Con este pensamiento en mente, William se acercó a ella como si entendiera todo, y tomo su suave y delicada mano con cariño para decirle: “Sheryl, admito que te ignoré en el pasado, y me disculpo por ello. Pero hoy es un hermoso día y quisiera invitarte a almorzar. Después, podemos salir juntos a dar un paseo, ¿No te gustaría?”   ¿Cómo podría gustarle? ¡No era para nada bueno! Cuando volvió a tomar su mano, la inundó una fuerte sensación de disgusto.
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