─No digas algo de lo que te puedas arrepentir cuando el maldito alcohol no esté controlándote, imbécil─ le advierto. Suelta una risa vacía. ─Seguramente si te digo para follar, tus piernas se abren rápidamente para mí. Quizás así fue como te dejaste coger por Estefan… ¿O me vas a decir que la de las fotos no eras tú? En la cama con él, y luego, hoy en la cafetería seguro… en un reencuentro romántico─ suelta. Mi cuerpo tiembla ante su declaración. De repente, observo el suelo, viendo las fotos. En donde aparece la escena donde Estefan me abraza. Que se podría mal interpretar, pero, él no me quiere escuchar. En cambio, hay otras, que hacen que mi mente se desconcierte, una mujer muy parecida a mí, se encuentra de espalda, mientras Estefan la folla. Tapo mi boca en inercia ¿Cómo Kili