Kilian Siento cómo el agua fría colisiona en mi cuerpo, abro los ojos sobresaltado, ante el impacto del agua helada. Mi cuerpo se retuerce ante la sensación. Tardo unos segundos en orientarme, parpadeando con velocidad. Al tener nitidez en la vista, un dolor de cabeza infernal ataca de manera inmediata. La mirada enojada de Sebastián, parado al frente de mí con una cubeta de agua en la mano, me da un indicio exacto de que está molesto y de que he hecho algo grave, muy, muy grave. Coloco los ojos en blancos, resoplando y volviendo a recostar mi cuerpo en la cama. ─¡Levántate pedazo de basura asquerosa!─ Exclama Sebastián, lanzando el balde. ─No estoy de humor para tus estupideces, déjame dormir─ reclamo, sintiendo el sabor amargo del resto de licor en mi boca. Maldita sea… mi cabe