Después del momento aterrador que habían experimentado Julio llevó de inmediato a Bella a la guardia del hospital Santa Señora del Milagro, que también era su lugar de trabajo. Quería asegurarse de que estuviera bien. Un médico especialista en trauma la revisó. Tenía algunas lastimaduras en los codos y en las rodillas, pero por lo demás se encontraba bien.
Llamó a un taxi para asegurarse de que llegara cómodamente a su casa. Mientras esperaban fuera del nosocomio la abrazó como si quisiera protegerla de todos los males del mundo.
— Julio, estoy bien. — Dijo ella por enésima vez. — No deberías preocuparte tanto por mí.
— ¿Que no me preocupe? Bella, ¡casi mueres el día de hoy!
— Si, pero no pasó. Quisiera que te concentres en eso. Fue tan sólo un susto.
— Que no quiero volver a experime
