Capítulo 1.

1084 Words
Una horrible noticia… Pov Murphy Lincoln. Por fin termino mi semana, así que tomo mis cosas y me voy a vivir mi vida. Me dirijo al único lugar donde puedo ser yo, o sea a mi casita, así que llego de la universidad, saco mis zapatos de mis piecitos, e ingreso a la casa de mis padres, pero al ir camino a las escaleras; me encuentro con ellos y mi lela (abuela) en la sala con cara de preocupados, cuándo me ven sus miradas surcan entre ellos y se detienen en mí. Me acerco. — (Porque ustedes saben que una se alimenta de dos formas que son: una es la comida, que me encanta a propósito y la otra es de chismes.)—. Y les pregunto qué pasa, ya que me tiene preocupada por el silencio. ¿Por qué acá entre nosotros la única vez que estamos en silencio es cuando estamos enfermos, porque de lo contrario parecemos vitrolas viejas? Y esa mirada de niños pequeños sabiéndose descubiertos haciendo una travesura. Me dirán qué les pasa o qué; les pregunto directamente. Sentándome como toda una señorita, jajajajaj ya se lo creen; con cinco hermanos varones, donde tú eres la pequeña princesa de todos, es difícil tener esa femineidad que te piden, ya, pero no nos desviemos del asunto. . — Bueno, hija, lo que pasa es que te casarás en un mes. — ¡Haaa, eso era y por eso tienen esas caras! Pensaba que era algo más grave. Les digo, aun caminando hacia la escalera, para seguir con lo que tenía pensado desde un principio: despojarme de mis exclusivas prendas para convertirme en la vagabunda de la familia, como me dice mi mamá. Pero por alguna razón mi cerebro no procesa nada de lo que me dijeron hasta que a mi cerebro se le ocurre funcionar y recién entiendo lo que me han dicho. Paro de golpe, en el primer peldaño de la escalera; me giro y me doy cuenta de que ellos están a unos metros de distancia, pero fuera de todo pronóstico, me río a carcajada. Debo estar soñando todavía, así que volveré a entrar. Tomo mi bolso, mis cuadernos y me encamino nuevamente a la puerta. Llamo a Sara; el ama de llaves, para que me abra nuevamente la puerta. Salgo nuevamente, me subo a mi carro, me bajo, tomo mis cosas, toco el timbre nuevamente e ingreso a la casa como lo hice 10 minutos atrás. Saludo nuevamente a todos, y ellos me miran como si estuviese loca. Hasta que mi padre. —Me dice. —Deja de hacer tanto drama, Murphy Lincoln John, toma asiento, debemos hablar sobre el tema. Me tiro al sofá, y caigo como una masa, en donde cada vez me hundo más por lo que me están por decir. Antes de que empiece a decir algo, yo sigo hablando, más para mí que para ellos. Papá, te das cuenta de que me estás diciendo que debo casarme, y si eso no fuera poco, estoy a un año de terminar mi carrera y si eso no fuera lo suficientemente algo de peso; con quién mierda me casaré si ni siquiera tengo novio, andante, amigovio o un amigo con beneficios. Ni siquiera he perdido mi virginidad, siempre esperé hacerlo con mi novio, prometido y futuro marido. Y no pienso acostarme, ni menos perder mi Virgin con un desconocido asqueroso. . — hija, es que, si sabes quién es y lo hacemos para ayudar a nuestros amigos que están pasando por esta una crisis financiera muy grande. En ese momento todas mis alarmas se encienden y levanto mi cabeza que hasta ese momento están entre los cojines, y empiezo a negar repetidas veces. Camino de un lado a otro hablando en todos los idiomas que se me ocurren, maldigo una y otra vez mi mala suerte. Tomo mis cosas y subo hasta mi habitación, donde puedo descargar mi ira de la única manera que sé, llorando. Me levanto del piso, después de no sé cuánto tiempo. Los llamados en mi puerta me indican que mi madre y abuela están esperando que les dé una respuesta. Pero me niego a hablar con ellas por unas horas. Me siento en mi escritorio y con mis manos en mi cabeza pensando en esto, en todo en que ellas saben que él siempre ha sido el amor de mi vida, pero que él jamás ni para escupirme me ha visto. Lo encuentro cruel, ellas saben las veces que lloraba, preguntando el porqué él no me podía ver como una mujer. De cuando le declare mis sentimientos, después de unas vacaciones a Europa, donde creía que él podía sentir algo por mí, por cómo me trato, sus miradas y su cuidado, pero no la tonta de Murphy se imaginó todo, y desde ese momento, después de que él me tratara como una cualquiera y me tratará como una basura, decidí que era tiempo de seguir adelante. Si bien jamás lo he olvidado, aprendí a camuflar mis sentimientos hacia él, dejé de prestarle importancia e hice como si él fuera una persona x en mi vida. Cuando creo que ya he tenido suficiente de autocompadecerme, así que antes de salir de mi habitación tomo un baño para poder botar todos los recuerdos malos de mi vida. Ya lista, me dispongo a vestirme y lo hago de manera decente, con unos jeans negros, una camiseta blanca y zapatillas negras. Dejo mi cabello con sus ondas naturales libres. No me maquillo y me dispongo a ir a confrontar toda la situación de mierda. Cuando llego al final de la escalera, todos están presentes. Escaneo toda la sala y cuando mis ojos encuentran a quién, hace que mi corazón brinque de alegría, pero a la vez duela como cuando te pegas en el dedo chiquito, jajajá. Él me mira y me da una media sonrisa, yo solo respiro con pereza y miro hacia los demás, él se acerca. Pero mi hermano mayor se le adelanta, yo miro a mi hermano buscando apoyo, pero él, en un susurro, me pide perdón. Mis ojos se llenan de lágrimas y sin pensarlo salgo de mi casa, monto mi auto, y sin rumbo doy vueltas por la ciudad, hasta que llego a un mirador, en ese momento recién tomo mi celular veo llamadas y mensajes de todos, pero solo uno me llama la atención, pero lo borro, si esta será mi realidad deberé poner las cartas sobre la mesa.
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