Miriam, aun temblando, por el orgasmo que acababa de experimentar, se adormeció sobre Fabián, quedando a horcajadas sobre él, quien le acariciaba con ternura la espalda; él se dio media vuelta, dejándola a ella, boca arriba sobre la cama; dormía profundamente, él se sentó, y admiro una vez más su cuerpo desnudo; era muy hermosa. Al verla dormida, sintió una gran ternura por ella; hacia unos momentos, que ella lo había echo vibrar despertándole todos sus deseos y le había hecho el amor de una manera muy intensa y le había proveído, una gran satisfacción, ella era una amante deliciosa y apasionada. Ahora viéndola dormida, le inspiraba una gran ternura; ella se había convertido en muy poco tiempo, en la mujer más especial de su vida; se había ganado su corazón y la amaba. Más allá de sen