When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Ante la enormidad de la interrogante ella pestañeó ligeramente. —No tengo ni la más remota idea —dijo. —Imagino que regresaría a Londres. —No tengo ni la más remota idea —repitió Fleda. —No vive… esto… en ningún sitio concreto, ¿verdad? —insistió el muchacho. Owen pareció darse cuenta enseguida de lo que había dicho; ella percibió que él sentía haber aludido más groseramente de lo que era su intención a la circunstancia de que ella no tuviera, hablando con claridad, casa propia. Él había pretendido realizar una alusión de un modo enteramente considerado a todo aquello a que ella debería renunciar en caso de una disputa con su madre; pero es que no había modo de tocar aquel problema de forma elegante. Sencillamente no se podía hablar de él con claridad. Fleda, debido a su alteración, r