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—He preguntado por usted —dijo él cuando ella se presentó— porque el cochero que me llevó de la estación a la posada me contó que ayer la había traído aquí. Cruzamos unas palabras, y él lo mencionó.
—¿Usted no sabía que yo me hallaba aquí?
—No. Lo único que sabía era que tenía usted que hacer en Londres todo lo que me dijo aquel día; y Mona pensó que después de la boda de su hermana seguiría usted alojándose con su padre. Conque creí que todavía estaría con él.
—Y lo estoy —respondió Fleda, idealizando un poco la realidad—. Sólo he venido para una breve visita. Pero ¿acaso quiere decir —continuó— que no habría venido de haber sabido que yo estaba con su madre?
Por el modo en que Owen guardó silencio ante la pregunta, pareció que fuera mucho más intencionada de lo que ella había pret
