Asia fue con Lex, y le dijo que lo acompañara, subieron a la parte alta, Lex no dejaba de admirar esa mansión
—¡Caramba, güerita! No, pos, esto es como un palacio.
Ella sonrió y abrió una habitación, le señaló que entrara
—Esta será tu habitación.
—¡¿Mi habitación?! —exclamó irresoluto al mirar tal lugar fantástico, era casi del tamaño de su casa.
—Bueno, instálate, y si necesitas algo, no dudes en avisarme —dijo Asia
Él asintió, apenas Asia se fue, corrió a recostarse en la cama, sorprendido de lo suave que era, luego admiró cada rincón del lugar.
Asia fue a su habitación, se sentía tan cansada, quería darse un baño y después bajar para la cena, tal vez su humor fuera mejor y podría volver a ver a su madre, pero luego recordó a Lex, él quizás querría bañarse y ella no le explicó c
