Nancy apenas pudo cubrir su cuerpo desnudo, mientras Lex se levantó irresoluto, mirando a su hermana Mora
—¡Ay, hija de la chingada, descarada! ¡Y luego hay andas diciendo que mi carnal es él que te anda buscando! ¡No tienes tantita madre, buscona, cínica!
—¡Mora!
—¡Tú, cállate! —exclamó y Lex dio un paso atrás, bien conocía a Mora y sabía que en estos momentos era mejor no buscarle
Nancy se puso la gabardina, cubriéndose, salió por la ventana como si fuera un ladrón o un fantasma, Mora la quiso perseguir con una sandalia en la mano, pero Lex la detuvo, ella se desafanó solo para lanzarle la sandalia a él y pegarle justo en el hombro, mientras él intentaba cubrirse
—Pero, ¡Qué descaro es este, Alexander Dalmau!
—Carnalita, lo siento, perdóneme, pos, le juro que nunca le he faltado
