Al día siguiente.
Al rededor de las diez de la mañana, fui por mi hermano al hospital, aún se sentía un poco débil pero podía estar en casa, eso era un gran alivio para mi. Ahora debía continuar tratando de conseguir un trabajo y recuperar la amistad de mi mejor amiga, yo sería incapaz de hacerle un daño, aún me niego a aceptar lo sucedido, tengo vergüenza mirarlos a ambos a los ojos.
Mientras preparo el almuerzo para mi hermano y para mi, recibí una llamada de un número desconocido.
—Buenos días, ¿Me comunico con la señorita Anastasia Douglas?— Preguntó una voz de mujer.
—¡Si, ella habla! ¿Con quién tengo el gusto?— Pregunté con interés.
—Le habla Loren, el jefe ha pedido su presencia, dice que en media horas la necesita aquí, por supuesto que esto es si le interesa, pase feliz día— Estás fueron las palabras de aquella mujer, colgó sin ni siquiera esperar repuesta.
Llevé el almuerzo tan rápido como pude a la habitación de mi hermano, seguido de eso corrí a mi habitación para cambiarme de ropa, no entendía por qué había sido llamada pero debía estar preparada, estaba muy nerviosa, sentía como mis rodillas se flojeaban.
Al rededor de las 12:30Pm, estaba subiendo el ascensor de la empresa para ir directamente a la oficina del gran jefe, mientras más me acercaba, más nervios sentía, solo esperaba que las palabras no se me trabajan.
—Buenos días señorita Douglas, el señor la está esperando en la sala de reuniones— Dijo Loren tan pronto me vio salir del ascensor.
—Buenos días Loren, muchas gracias— Le respondí mientras ella me guiaba.
Antes de entrar a la sala de reuniones, tomé aire, respiré profundo y luego abrí esa puerta para enfrentarme a lo que sea.
—Buenos días señor— En mis labios había un poco de nervios y en mi mente mucha confusión.
—Buenos días, tomé asiento por favor— Respondió Camilo con una aparente amabilidad.
—¿Para que soy buena?— Pregunté sin esperar mucho tiempo.
—El puesto de asistente es suyo, la quiero el lunes a las ocho en punto en mi oficina, Loren le mostrará la oficina que tendrá a la entrada de la mía, por favor sea responsable— No era necesario para él mirar a los ojos, con tan sólo esas palabras salir de su boca, era más que suficiente.
—¡Eso sí que ha sido raro!— Estaba muy asombrada.
—Si no desea el trabajo puede decirlo ahora mismo, estoy seguro qué hay otras personas que le interesarían trabajar aquí— Respondió levantando la mirada por unos instantes.
—Estoy interesada señor, el lunes a primera hora estaré aquí— Seguido de aquella respuestas, levanté mi trasero de allí y me fui sin decir nada más.
Al salir de la sala de reuniones respiré profundo, sentí un gran alivio en mi alma, no sé cómo lo había conseguido, pero ese trabajo era completamente mío, ahora debía conservarlo sobre todas las cosas. Al menos hay algo de alegría para mí este día.
En la oficina de Camilo.
—Buenos días amigo mío, ¿Me quieres explicar que es lo que tanto hablan los empleados? Dicen que cambiaste de asistente— Dijo el subgerente del banco, y por cierto mejor amigo de Camilo.
—¡Así es! Cambié de opinión, la que elegí no iba a ser buena para mi, necesito a alguien que no tenga miedo enfrentarse a mi dura agenda— Respondió mientras escribía en su computador.
—Eso es raro en ti… ¿No será que te gusto esa bella joven?— Preguntó riendo con sarcasmo.
—Bien sabes que no podría querer a nadie más, que no sea la innombrable, aún tengo la esperanza de que regrese y me cuente lo que sucedió, porque estoy seguro que algo pasó.
—Esas esperanzas tuyas siguen intactas después de un largo año.
—Jamás perderé las esperanza, puedo acostarme con muchas mujeres, pero lo que no haré es amar a nadie más.
—Por cierto hablando de mujeres… así recuerdas que tienes solo unos meses para casarte, sé que estás esperando a esa la innombrable, pero el tiempo se agota y debes de cumplir con tener una esposa y un heredero o heredera dentro del matrimonio— Respondió su amigo con seriedad, ahora si que este era un tema para tomárselo serio.
—¡Ya lo se! pero no quiero hablar de eso, aún el último día, él puede regresar y todo va a cambiar, así que olvídate de eso—Le respondió a su mejor amigo un tanto irritado por la confrontación de él, por cierto su nombre es Gregoriano.
—¿Salimos esta noche? Podemos ir al club nocturno nuevo VIP, ya sabes que el dueño pidió un préstamo el cual se le fue otorgado, así qué hay que ir a ver en qué invirtió nuestro dinero.
—No lo se Gregoriano, pensaba cenar esta noche con mi hermana y mi abuela, hace mucho que más tengo descuidadas, ellas necesitan de mi.
—¡Camilo no me engañas! A ti te pasa algo más, honestamente estás muy pensativo, ¿ Cuéntame qué pasa?— Preguntó mientras lo miraba fijamente a los ojos.
—La verdad es que ha pasado algo grave, muy grave para mi.
—¿Qué te pasa?, pocas veces utilizas esa palabra y es cuando realmente estás en problema.
—Hace dos días, una chica tocó mi puerta borracha, se me fue encima, traté de quitármela, la eché a un lado pero todo fue en vano… El caso es que tuve intimidad con esa desconocida, no pude resistirme, pero te juro que traté pero ella seguía insistiendo, y está el factor hombre— Respondió Camilo preocupado.
—Camilo pero no es la primera vez que eso te sucede, hay muchas mujeres que van a tu habitación en ese estado y nunca habías dicho nada.
—El problema es… que era la primera vez de esa mujer, y esa mujer será mi nueva secretaria a partir del lunes— Respondió aturdido.
—¡Vaya amigo mío! ¿Y ella sabe que fuiste tú el de esa noche?.
—¡No! Ni siquiera me reconoce, estaba muy ebria, intenté echarla alegando bobadas, pero no fui capaz, me siento en deuda con ella por haberla tomado para mi estando ebria.
—Amigo mío, ella fue la que tocó tu puerta, intentaste quitártela pero insistió y bueno no era algo raro para ti, suele pasarte constantemente— Respondió sonriendo, sabía que eso era algo natural en un hombre como él.
—Por favor no le cuentes a nadie esto, cuando la veas debes de mostrar una sorpresa al conocerla.
—Esa bien podría ser tu secretaria, esposa y madre de tu hij@.
—Por supuesto que no… Ella sería la última persona en la que pensaría, así que ni lo sueñes, mi único deseo es que esa mujer que amo tanto regrese a mi, te juro que no pensara en el pasado con tal de tenerla de vuelta a mi lado— Respondió con tristeza, extrañar a alguien siempre ha sido doloroso.
—Yo me voy a trabajar, demasiado romance me empalaga, te veo luego, me saludas a tu abuela y hermana— Seguido de esas palabras, salió de la oficina.
En la cabeza de Camilo se escuchaban las palabras de su amigo, ‘Ella podría ser tu secretaria, esposa y madre de tu hij@, para él era una locura pensar en eso.
Llegada la noche estaba cenando con mi hermano en mi casa, estaba a ley de dos días de entrar a trabajar y se que esto me iba a tomar muchísimo tiempo, así que con el sueldo de esa empresa podría pagarle a una enfermera para que cuidara de mi hermano mientras no estoy.
—Tengo cita médica en dos días, el doctor leerá los resultados de mis análisis y estudios— Dijo Enzo mientras trataba de cenar.
—Está bien Enzo, iremos al medio día en mi hora de almuerzo, el lunes empiezo a trabajar en el banco que tanto quería— Dije con gran emoción.
—Eres la mejor— Fueron las únicas palabras de mi hermano.
Sabía que se sentía mal por no poder ser útil para mi, pero yo estaba feliz de poder ayudarlo sin esperar nada a cambio.