Subí a rastras hasta mi habitación, estaba exhausta por la cena, el corazón quería salir de mi pecho. Las luces estaban apagadas, al encenderlas me asusté con la silueta de Camilo sentado sobre el sillón n***o de mi habitación. —Señor que susto me ha pegado, ¿que hace aquí?— Pregunté pasmada, parecía que mis pies estaban pegados al piso, no me movía, solo respiraba. —Está es mi casa y puedo estar donde deseé, sin embargo no podía ir a dormir sin preguntarle, ¿Por qué se quedó a solas con su ex?— Preguntó desde su asiento. —No fue nada señor, solo le reclame que se haya presentado. —¿Y debía hacerlo mientras estaba a solas con él?. —¡Claro que si! No lo iba a hacer delante de todos ustedes, tampoco era necesario, además él me explicó que se negó muchas veces pero que mi hermano le insi