El resplandor del amanecer se cuela por el gran ventanal. Podía sentir la respiración de Cristopher en mi espalda mientras su mano reposa sobre mis piernas. Me giro, lo miro detenidamente y sonrió al ver sus facciones tan relajadas y su cabello totalmente despeinado. No sé en qué diablos me metí, ni a que nos llevara esto. Sólo sé que me disfrutaré cada momento con el hasta que esto termine. Dejo un suave beso en la punta de su nariz, me levanto con cuidado de la cama para no despertarlo. Tomo su pantalón chándal del suelo y la camisa que me dio, colocándomela yendo al baño. Busco en su mueble de baño algún cepillo de dientes, para mi suerte encuentro uno nuevo. Lo saco de su envoltorio, lavo mis dientes y luego de ello lavo mi cara. Recojo mi cabello en bolita y lo amarró. Salgo del