Me encontraba en mi oficina pensado aún en todo lo sucedido en el baño del restaurante con el señor Reynolds hace exactamente un mes atrás.
Aún mi cuerpo tiembla de nervios por haberlo tenido tan cerca.
Sus ojos color miel, su cabello castaño su nariz, su boca. Haberlo tenido a centímetros de mi hizo que una ola de calor me recorrerá por todo el cuerpo.
¿Pero por qué?
Su cercanía hizo que mi cuerpo se sintiera indefenso, pero a la vez sentía el impulso de tocar todo su cuerpo
No llevaba ni veinticuatro horas de conocerlo y ya había causado desastre total en mí, odio tener que aceptarlo, pero el muy maldito me atraía y mucho.
"Es un Casa Nova"
Desde aquel día, cada vez que nos topábamos me trataba e indiferente y era poco lo cual me trataba, al parecer mi reacción no le agrado y era de esperarse. Está acostumbrado a tener a las mujeres rendidas a sus pies, pero yo era la excepción.
El mes para mi había pasado muy rápido, había hecho una excelente amistad con los chicos, incluso con Megan. La única la cual demostraba a cada rato que no soportaba mi presencia era la señorita White, era más que obvio su desagrado hacia mi persona
Unos toques a mi puerta me sacan de mis pensamientos.
—Adelante...
La puerta se abre y entra Reynolds con una carpeta en su mano y una leve sonrisa.
—Señorita Amaya, necesito firme estos documentos que son para el evento de a fin de mes.
—¿Ya no los había firmado?
—Jacky cometió un error en ellos y tuvimos que hacer nuevamente un documento y firmarlo nuevamente —Los coloca mi escritorio.
Tomo mi bolígrafo, abro la carpeta y coloco mi firma donde dice mi nombre, cierro la carpeta, se la entrego y sigo observando en la computadora los estados de ventas.
La toma, se levanta de la silla, levanto la vista y lo observo sonreír mientras mira la carpeta.
—¿Sucede algo? —Frunzo el ceño —. ¿Que le divierte tanto?
—Señorita Amaya ¿Esta lista para ser la señora de Reynolds? —Dice con una leve sonrisa y me río divertida.
—¿Se ha vuelto loco? ¿De qué me habla?
—Que usted desde este momento es mi novia y muy pronto nos casaremos.
Estaba por volverme completamente loca, todo me retumbaba a mi alrededor, ni siquiera podía hablar, sentía que había quedado muda.
Para mí todo era irreal en estos momentos, era absurdo lo que mi jefe me decía ¿casarme con él? Por supuesto que no.
Ni siquiera lo conocía bien, ni teníamos una relación para casarnos, apenas tenía un mes de haber llegado a esta empresa y de conocerlo, eso era imposible.
—A ver señor Reynolds ¿esto es alguna clase de broma? –Mascullo con burla –. ¿Alguna especie de cámara escondida o algo?
—No soy ese tipo de hombres señorita Amaya –Camina hasta quedar frente a mi escritorio –. Dentro de seis meses nos casamos mientras tanto usted es mi novia frente a todos.
— ¿Usted se ha vuelto loco? –Lo miro incrédula –. ¿Por qué me casaría yo con usted?
—Porque usted aceptó cuando firmó el contrato.
Se inclina frente a mi abriendo la carpeta y colocándola sobre mi escritorio.
Lo empiezo a leer detenidamente y cuando llegó a la última hoja, mis ojos se abren exageradamente al ver que no leí por tonta nada de esto
¡Oh Por Dios!
Cláusula 4. 1
Se compromete usted a casarse voluntariamente con el señor Cristopher Reynolds por el Civil al igual que por la iglesia.
Cláusula 4.2
De no cumplir con lo estipulado en la cláusula anterior dentro de seis meses a partir de la fecha firmada del contrato tendrá que pagarle al señor Reynolds la suma de un millón de dólares el cual deberá ser pagado en un lapso de treinta días.
Cláusula 4.3
Una vez firmado el contrato no hay manera de deshacer dicho contrato y de hacerlo tendrá que cumplir con lo acordado en la cláusula 4.2.
Al no poder seguir procesando todo lo leído, cierro el portafolio y restriego mis manos sobre mi cara.
¡Que me lleve el diablo!
—¡Es un idiota ¡—Gimoteo molesta —. ¿Como podo hacerme esto?
— Tómelo como un negocio del cuál al final recibirá una buena cantidad de dinero.
— ¿Al final? ¿Qué final? Ese puto contrato habla de una boda por la iglesia y toda la cosa.
— Señorita Amaya, tómese el tiempo de leerlo y vera que habla de un tiempo estipulado, una terminación y una paga —Introduce sus manos en sus bolsillos y me observa fijamente.
— ¿Por qué escogerme a mí? —Pregunto enojada —. Teniendo muchas mujeres a su disposición.
— Porque es la única que no luce interesada en mi dinero, porque es una mujer muy bella, inteligente y trabajadora, pero sobre todo porque sé que es el tipo de mujer que a mi familia le agradaría y no se negarían a que me case.
Me observa unos segundos, se da la vuelta y sale de mi oficina dejándonos a solas.
Mi cabeza me está dando vueltas, mi cerebro trata de procesar todo lo ocurrido.
Tomo mi bolso, la carpeta y salgo de mi oficina rápidamente para ir a casa.
— Amaya Megan solicita los docu...
— Ahora no Brad—Lo interrumpo —. Necesito regresar o me volveré loca.
Subo al elevador, marco el piso de planta baja, salgo y me voy a los estacionamientos donde subo a mi auto y conduzco a casa.
Al entrar Simón me recibe y agradezco al cielo que sea él y no Kassey. Me deshago de todo, me doy una ducha y al salir me siento en medio de mi cama. Abro la carpeta y la empiezo a leer detenidamente hasta llegar a las tres ultimas
Clausula 4.4
La señorita Brooks se compromete en comportarse como una novia cariñosa y completamente enamorada del señor Reynolds frente al público.
Clausula 5.0
La señorita Brooks se compromete en mantener el acuerdo y sus condiciones en total cooficialidad y no mencionarle de este a nadie.
Clausula 5.1
Luego de tres meses de concretarse la boda cualquiera de las dos partes puede solicitar el divorcio y darse por terminado dicho acuerdo.
Clausula 5.2
Al finalizar el acuerdo el señor Reynolds se compromete en pagarle a la señorita Brooks la suma de dos millones de dólares.
— Este tipo está loco —Susurro abrumada —. Esto me pasa por andar firmando papeles sin leer antes, si sigo haciéndolo le voy a entregar mi alma al mismísimo diablo sin saberlo.
Cierro la carpeta, lo coloco sobre mi buru y me acuesto en mi cama tratando de descansar un poco.
Vaya lío en el que me había metido y tenía que pensar la manera de salir de él...
(...)
Acababa de llegar a la oficina, estaba más tranquila y ya había pensado las cosas mucho mejor.
Al elevador abrir las puertas a las primeras personas que veo son a las chicas junto a Brad los cuales sostienen carpetas y parecen bastante agitados.
—Buen día chicos —Me acerco y recojo el bolígrafo que se le ha caído a Mía —. ¿Por qué tan agitados?
—A última hora nos avisaron que los señores Reynolds vendrán a la empresa a ver que tal la lleva su hijo —Responde Mía.
El elevador pita anunciando su llegada, al abrir sus puertas se baja Megan, Lorena y el señor Reynolds, quien me mira con una leve sonrisa.
—Buen día –Saluda Megan con una sonrisa —. Qué bueno que estas aquí Amaya, tenemos reunión en la sala de juntas te esperamos dentro de cinco minutos.
—Ahí estaré.
Observó a Lorena la cual me mira con desdén, Reynolds me observa fijamente, su vista cae a la carpeta en mis manos. Lo miró unos segundos y luego camino en dirección a mi oficina.
Al entrar dejo mi bolso sobre el escritorio y guardo la carpeta en un cajón con llave, salgo de mi oficina y fuera ya me espera Brad para ir al salón de juntas.
—¿Te sucedió algo ayer? –Masculla –. Te fuiste tan repentinamente que nos dejaste un poco asustados.
—Estaba teniendo un problema y me estaba volviendo loca en la oficina, pero ya está todo solucionado.
—¿Ya está todo bien? –Asiento –. Entonces me alegra que no haya sido tan grave, el señor Reynolds no mentía.
—¿Qué? –Me detengo y me mira extrañado –. ¿Por qué lo dices?
—Luego que te fuiste preguntó por ti, Mía le dijo como te habías ido, al vernos preocupados dijo que nos tranquilizáramos que no era nada grave.
"Idiota"
Vaya en el lío que me ha metido este imbécil, de tantas mujeres en el mundo me viene a escoger a mí.
Entramos a la sala de juntas donde ya se encuentran todos, observo a una pareja mayor y a una mujer joven, quizás de mi edad.
—Buenos días, lamento la tardanza –Me disculpo y me ganó la mirada de todos.
—No se preocupe bella dama –El señor me da una cálida sonrisa –. ¿Con quién tengo el gusto?
—Amaya Brooks, jefa administrativa del área de ventas – Le extiendo mi mano y deja un beso en ella.
—Un placer señorita, Armando Reynolds para servirle – Se gira y la señora se acerca —. Ella es mi esposa Loraine.
— Señora es un placer –Me extiende la mano cordialmente con una sonrisa.
—El placer es nuestro, he visto los informes de tu trabajo y vaya que eres buena en lo que haces.
—Gracias.
—Ya que nadie me presenta –La chica se acerca –. Sofía Reynolds, no trabajo aquí, pero lo haré próximamente como vice presidenta.
Veo a Reynolds negar y sus padres sonríen al ver a su hija tan alegre.
Se nota mucho lo carismática que es, una buena chica y bastante sencilla.
(...)
A la sala siguen llegando jefes de las demás áreas de la empresa, detallando los informes de sus áreas, todos lo hacen hasta llegar al de Recuerdos Humanos.
En donde una Lorena trata de impresionar con su amabilidad y una gran sonrisa falsa.
Al terminar, llega mi turno y empiezo a proyectar en la diapositiva de mi informe, el aumento de las ventas y la estrategia de marketing que estado utilizando.
—La felicito por su trabajo señorita Amaya –El señor Reynolds me aplaude y los demás lo hacen –. Mi hijo ya me había puesto al tanto de lo buena que era, por eso quise venir y verlo por mí mismo.
—Gracias señor Reynolds, hago lo que puedo.
—Me caíste bien Amaya, algo me dice que nos llevaremos muy bien —Sofia me mira con una sonrisa.
Lorena la mira asombrada, mientras la chica me mira con una gran sonrisa.
—Espero así sea –La chica sonríe entusiasmada.
—. Bien, una vez presentado todos sus informes y ver que todo marcha excelentemente bien, los felicito a todos y doy por terminada la reunión.
Los presentes empiezan a levantarse y despedirse de cada uno de los Reynolds. Faltando Megan, Lorena y los chicos y yo. Antes de salir Reynolds me detiene.
—Amaya ¿Puedes quedarte un momento? –Sus padres lo miran curiosos mientras los demás lo hacen con asombro.
—Si.
Los chicos salen del salón excepto de Lorena quien sigue parada a un lado de la silla donde se encontraba sentada.
—Cristopher si es un tema de la empresa como jefa de Recursos humanos yo de...
—No lo es Lorena —La interrumpe —. No te preocupes te puedes retirar.
Lo mira duramente y luego de unos segundos sale de la sala con un evidente enojo.
—Hijo ¿Sucede algo? –Pregunta su madre curiosa —. ¿Por qué le pediste a la señorita Amaya quedarse?
—Quería hacerles saber desde ya que Amaya será mi acompañante en la fiesta de gala que tendremos este sábado.
Sus padres y su hermana lo miran asombrado para luego mirarme a mí.
— Me parece perfecto hijo –Su padre sonríe –. Así podremos presentar a la encargada de que la empresa esté aumentando sus ventas.
—No papá, esa no es la intención.
—¿Entonces cuál es? —Pregunta curiosa
Reynolds se acerca a mí con una gran sonrisa en su rostro, me sujeta por la cintura y me acerca a él.
—Quiero presentar Amaya como mi novia ante todos.
Los tres nos miran asombrados mientras mis mejillas se tiñen de rojo.
Vaya enredo en el que me había metido este idiota, pero no podía negarme, no tenía un millón de dólares para pagar en treinta días.
No me quedó más que resignarme y seguir su juego...