Nuestro momento se ve interrumpido por el sonido de mi teléfono. Joe se aparta de mi bruscamente y dice por lo bajo.
- Me hechizas mujer, me sacas de mis cabales.
Yo, jadeante tras ese episodio de fogosidad, me apresuro a bajarme el vestido, que termino enrollado en mis caderas.
- Tú no sabes controlarte - le reprocho aunque sé que es mi culpa también.
Me aliso el pelo en un intento de quedar decente y me lanzo por el teléfono.
- Lauren aquí.
Trato de sonar calmada, aunque mi voz delata mi exaltación.
- ¿Qué te pasa, querida? - dice Grace intrigada. - Te llamo para avisarte que el señor Roland te espera en la sala de juntas.
- Eh, pues es que me he reunido con un cliente y olvidado la cita con él.
- Pues a ver qué puedes hacer, porque no le gusta que le hagan esperar.
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