Mi hermano.

1595 Words
Al siguiente día, mi abuela desde muy temprano prepara sus famosas galletas, le encantan a mi padre, antes de que baje a su despacho, me apresuró y le dejó unas en su escritorio, y una tetera con café, me preparo pues saldré con mi abuela y Theodore, al bajar ya están los dos esperando por mi, Theodore me ve con molestia y sinceramente ya estoy acostumbrada, jamás tuve un buen trato suyo, así que no es nada raro. Salimos en el carruaje, Theodore le explica a la abuela de los cambios que ha habido, yo de los negocios de mi padre no se nada, el único que maneja cosas es mi hermano, mi abuela al verme algo perdida en la charla intenta explicarme. - Bien, es aquí. Mi hermano ayuda a bajar a mi abuela y la lleva del brazo, yo bajo sola, o casi, cuando un joven que pasa por el lugar me tiende la mano, se lo agradezco, y mi nana me mira sonriente. Yo me siento avergonzada, que este joven tuviera esa atención me hizo sentir extraña, no se acostumbra la amabilidad en casa. Entramos al lugar, Theodore le explica a mi abuela muchas cosas, ella se ve sumamente orgullosa por el, y a mi me da mucho gusto, el no es bueno conmigo, pero se y veo que es bueno para los negocios, desde que ayuda a mi padre, las cosas han mejorado mucho. De pronto mi abuela me hace una pregunta que me deja algo extrañada. - Y dime Antonella, tu con lo poco que sabes de los negocios, y de estas cosas, que opinas de tu hermano. No se si debo responder, quizá el se moleste, pero mi abuela me mira cuestionable. - Desde que ayuda a padre, veo que el trabajo para el disminuyó, se ve más tranquilo, y escucho que los negocios han mejorado gracias a Theodore, así que creo que hace un muy buen trabajo. Mi abuela observa a mi hermano y habla. - Lo ves, ella a pesar que no son los más amables con ella, su dulce c orazon no tiene nada negativo que decir de ti, al contrario, es amable contigo. Theodore se ve algo extrañado, pero no parece molesto, eso me devuelve la respiración, seguimos caminando, y al terminar mi abuela me invita a pasear por el pueblo, entramos a un hermoso lugar de vestidos, ella me dice que escoja uno, el color que yo desee, siempre he querido uno color lila, pero mi madre dice que al no ser rubia, no me quedan bien esos vestidos, yo le parezco a mi oadre, el tiene ojos verdes, cabellos castaños, al igual que Theodore, y yo, pero mi madre es Rubia, de hecho mi cabello es más claro que el de mi padre y mi hermano. Al probarme el vestido me encanta, es muy bonito, mi abuela dice que nos lo llevamos y en este momento me hace sentir feliz, ella siempre hace de mis días los mejores. Al llegar a casa mi abuela le informa a las doncellas que llegarán algunas cosas por la tarde, que las lleven a mi habitación, mi oadre sale de su despacho, y le habla a mi abuela. - Gracias por las galletas que dejaste en mi despacho y el café madre, tus galletas son las mejores. - Yo no las deje, fue tu hija, Antonella. Mi padre se asombra, y se da la vuelta para irse. Pero mi abuela hace algo que me deja descolocada. - No vas a agradecer a tu hija. Mi padre se gira y vuelve a darnos la espalda, pienso que se irá y como es costumbre no me agradecerá, ni se despedirá, pero me equivoque, y lo hace. - Gracias Antonella. Me quedé tan de piedra, se no se que decir, o como contestar a eso, un gesto amable, obligado claro, pero al fin dulce. Por la tarde nos informan que la tienda envió lo que pedimos, mi abuela saca el gran vestido de la el baúl, y demás cosas que compramos. guardamos todo en su lugar, mañana mi abuela asistirá a una fiesta de te, con sus viejas amigas, mujeres mayores, y me pidió que la acompañe, yo acepté claro, no deseo estar sola, menos por que este sábado es la boda, y a partir de ello, podré salir mucho menos con las obligaciones que tendré. Al siguiente día, me pongo el vestido que mi abuela me compro, ella me ayuda con el peinado, y a colocar mis alhajas. Al bajar, mi madre me observa, y está molesta. - Te he dicho que esos tonos no te quedan. - Claro que le quedan, es muy hermosa, la Jovensita más bella de este pueblo, yo misma se lo compre, no comprendo por qué quieres sólo vestirlá de colores palidos, es tu hija, debes siempre procurar que se vea que aún es joven. Le informe a Thimotee que llevaría a mi nieta a una fiesta de té, supongo no te molestará. - claro, adelante. Y yo me siento tan feliz, mi abuela me protege de todos, quisiera que se fuera a vivir al Castillo conmigo sería lo mejor. - Mi dulce niña, debes aprender a usar tu voz, recuerda lo que está ansiana te dice, tu debes ser fuerte, no permitas que te hagan sentir inferior. De alguna manera mi abuela me da fuerza, el poder de pensar que quizá eso podría pasar, no se que me depara el destino, pero se que mientras ella este cerca de mi, todo irá bien. - Abuela, quisiera que vinieras a vivir conmigo al Castillo, soy tan feliz a tu lado, de verdad no quiero separarme de ti, te extraño demasiado cuando no estás. - No te preocupes, voy a visitarte muy frecuentemente, donde tu estés yo iré, siempre estaré contigo. Me abrazo a ella, la quiero demasiado, ella me cubre con su abrazo. Al llegar a la mansión de la Duquesa de Alene, una anciana muy amable nos recibe, nos invita a pasar, mi abuela y ella ríen juntas, se les agregan otras 4 mujeres, es muy gracioso escuchar sus charlas, una de las mujeres le dice que es una lástima que tengan que casarme con ese dichoso príncipe. - Por que lo dices Gregoria, que sucede. - Pues siempre anda por ahí con esa princesa, que a bien de sus padres no se por que no la han casado, se dicen muchos chismorreos sobre ellos dos, y todos sentimos pena por tu nieta. - No debes hacerlo, cuando mi nieta se case con el, pondrá ese castillo en marcha, Antonella es una joven fuerte, llena de vida, confió en que lo pondrá en su lugar por muy príncipe que este sea. - Pues si eres tan fuerte como tu abuela querida, ese príncipe va temer. Las mujeres sonríen, y yo también lo hago, se comportarme, puedo fingir que esto no me afecta, aún cuando si lo hace. Después de varias horas, vamos de regreso a casa, al llegar mi abuela va a su habitación, dice que está cansada, así que yo voy a la mía, veo en la mesa al lado de mi cama una pequeña caja, al abrirla veo que es una tarta de cereza, y pienso quien podría haberla dejado, hay una nota, y al leerla las lágrimas brotan en grandes cascadas. Quizá no soy el mejor, pero si algún día necesitas algo, siempre seré tu hermano. Theodore me dejó una nota, tuvo un gesto amable, yo estoy que doy saltos de alegría, estoy feliz, no puedo creerlo, corro a la habitación de mi abuela, y le cuento lo que sucedió, ella me abraza, y me dice que mi familia me quiere, es sólo que no saben como decirlo. Y ahora lo puedo creer, imagino que algún día mis padres van a abrazarme, decirme cuanto les importó, cuanto me aman. Mi abuela y yo compartimos la tarta, bebemos té, charlamos hoy me siento tan feliz que no podré ni dormir, estoy feliz, emocionada, siento tanta alegría. Cuando bajamos a cenar, mi hermano parece avergonzado, yo no comento lo de la tarta, le deje una nota en su habitación, supongo que la vio, todos Comemos, mi abuela les cuenta a todos que después de la boda, hará un viaje con sus amigas, irán a su mansión, y después dentro de algunos meses volvera a visitarnos. Me siento algo triste de saber que ella se irá de nuevo, pero espero verla pronto, terminamos de cenar, y vamos a dormir. Los días pasaron, y hoy el Reino entero está de fiesta, la boda al fin será este día, el vestido está ahí, es enorme, pienos que será aún más pesado y ajustado que antes, mi madre me obligó a usar corsé por varios días, para acostumbrarme, así que mis costillas están al punto de la fractura, al quitárlo veo los moratones que me ha provocado. Las doncellas llegan y comienzan con su labor, maquillaje, peinado, y entrar en este enorme vestido, mi maquillaje es muy tardado, el peinado extravagante, y la mayor complejidad, entrar en este vestido que es aún más pesado de lo que recuerdo, lucho contra respirar, espero que esto pase rápido, es tan triste pensar que esto es sólo por cumplir, que no me casare por amor, pero pienso en lo que mi abuela me dijo, que piense básicamente en lo positivo de esto, y eso haré, quizá ese es mi destino, hacer algo por lo demás, sacrificar mi felicidad, por el bien de alguien más, eso no es tan malo.
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