Capitulo 12

2178 Words
La semana pasa rápida y antes de que lo note es viernes, los padres de Amir hablan de hacer una fiesta de compromiso, quieren hacer algo totalmente espectacular, y yo solo asiento, no me siento preparada para salir ante la sociedad diciendo, ´´ oigan plebeyos, tengo 16 años y me voy a casar con un árabe loco, a… se me olvidaba el cual me compro cuando solo tenía horas de nacida´´. Era tan raro todo, yo había aceptado eso de que nos íbamos a casar pero ahora al parecer las cosas tenían gran peso sobre mí. El celular de Amir suena, el está en el baño, así que lo tomo, es un mensaje, dice Fernanda, me extraña, no conocemos a nadie con ese nombre, así que lo abro de manera automática. Fernanda: ¿así te vayas a casar?, aun te sigo extrañando tontuelo, ven esta noche a mi casa, te juro que no te arrepentirás. Fernanda: se que no puedes acostarte con la rubia esa, pero vamos, eres hombre amor mío, te espero. Borro los mensajes, y me siento extrañamente humillada, entra una llamada de ella, y dejo que el celular suene, Amir sale minutos después de la ducha, ya esta vestido y tiene una sonrisa en la cara, parece feliz, y yo estoy que los celos me comen viva. - ¿Y esa cara mi amor?- me pregunta y los mensajes vuelven a mí. Mi amor, amor mío, ¿será que a ella también le dice así? - Nada, solo pensaba- le digo segundos después de unos segundos y él se sienta a mi lado y me abraza- tu teléfono sonó. - ¿Y no contestaste?- pregunta y niego. - No bueno, decía Fernanda no sé quién es, quizás sea importante- él se tensa un poco y me alejo- iré hacer los deberes. - Tay… - Después ¿sí? Cierro la puerta de mi cuarto, paso un rato dándole vueltas a todo, se supone que somos una pareja pero al parecer el habla de nuestra relación con esa chica, me siento tan estúpida, gruño, y veo el anillo en mi dedo, me lo quito, y luego me lo vuelvo a poner, el es mío, lo dice a cada segundo, yo soy su dueña, pero mierda. Cuando me siento más calmada bajo a la cocina, abro la nevera buscando algo rico, al mismo tiempo le escribo un mensaje, diciéndole que todo está bien, saco un pedazo de pastel, y me siento en taburete dispuesta a comerlo, cuando la puerta de la cocina se abre y entra mi querido suegro, el diablo. - Taylor- me saluda y asiento para llevarme un pedazo de pastel a la boca- ah me eh encontrado a Amir hace un momento… iba algo apresurado. - ¿Salió?- le pregunto y el asiente como si yo fuera idiota- ¿no dijo a donde iba? - No solo que no llegaría a dormir. - ¿Y usted esta tan tranquilo?- le pregunto mientras mi cabeza se empieza a revolucionar. - Ya te lo eh dicho antes Taylor. - No entiendo- el sonríe pero no es verdadera. - Amir es hombre, dominante, tu si serás su esposa, pero no la única en su vida, deberías acordarte de eso muy seguido, que lleves ese anillo no te convierte especial. - Usted me odia. - No solo te digo las cosas como son… aunque tú te niegues a creerme, si me haces caso, tu vida será menos complicada- toma un pote de agua se lo lleva a la boca- no te odio Taylor, es más te tengo aprecio, te conozco desde que eras una niña. - Pero aun así sus tradiciones son más grandes, Amir no me engaña señor, eso se lo aseguro el me quiere. - Yo también amo a mi esposa, pero eso no me deja de convertir en hombre. Esa noche no duermo, estoy desesperada, le escribo a Amir, pero el solo me dice que ya hablaremos después, lloro sé lo que está haciendo, me parte el alma, cuando amanece, me paro, me ducho y veo el clima del loco Londres, hace tanto frio, y yo me siento devastada, me pongo un pantalón caqui ajustado, un suéter blanco de lana, y unas zapatillas, tome mi teléfono y dinero y salgo de la habitación, voy a la cocina, y me encuentro con la madre de Amir la cual está en pijama, ella sonríe pero al verme su gesto cambia. - ¿Cariño que te pasa?- me pregunta preocupada y me encojo de hombros- estas muy pálida, pareces que no ha dormido nada. - ¿Amir ya llego?- la pregunta le cae por sorpresa, lo noto en su mirada. - No sabía que estaba afuera… ¿se han peleado? - Ojala fuera eso mama, yo voy a salir, nos vemos mas tarde. - Peo tay… Pero ya había salido, camine por el vecindario sin un rumbo fijo, tenia frio, necesitaba un abrazo, no tenía a nadie en todo Londres que me diera un poco de amor, no al menos de la manera que yo lo necesitaba, llegue a la cafetería y fui a la barra, vi a varias chicas de la escuela en una mesa hablando de ropa, me senté y la camarera me vino a atender en solo segundos. Pedí un café, y mientras me lo tomaba pensaba que iba hacer ahora, ¿cuál iba hacer mi próxima jugada?, sin duda estaba perdida. Pensé que tenía la vida solucionada, que todo estaba listo, pero ahora veo que no es así, me siento tan deprimida, cuando termino salgo a la calle, camino por las tiendas sola, me siento tan horrible. Veo a Rose junto a las porristas en una tienda pija, se ve feliz con esa sonrisa en su cara, me quería acercar pero luego niego, ella está bien con su nueva vida. Me siento en el parque, veo la gente caminar, y suspiro cuando pasa una pareja tomados de la mano, le vuelvo a escribir a Amir, pero él no da señales de vida. - ¿Qué haces tan sola?- me pregunta alguien y veo a mi lado, es el chico de la cafetería le sonrió y él me devuelve el gesto. - A veces es bueno estar sola. - A nadie le gusta la soledad. - Pues a mi si ojitos- digo seca y el rueda los ojos. - ¿Es por ese noviecito tuyo?- pregunta y luego ve mi mano- digo prometido. - No es tu problema. - Los chicos cada día están más locos, pedir matrimonio a esta edad, y aparte aceptar, eso es suicidio- rio ante su comentario y el sonríe- enserio están locos, nadie se lo cree, los profesores andan conmocionados… yo creo que hay algo detrás de todo esto. - ¿Y cuál es ese algo? - El tipo es árabe ¿no?- me pregunta y asiento- te están obligando, quizás tu padre también sea árabe, y los obligan a casarse- me quedo callada unos segundos, quiero decirle, oye sí, pero al mismo tiempo si lo hago siento como si estuviera traicionando a Amir. - Te equivocas, mi familia no es árabe, Amir y yo nos amamos. - ¿El alguna vez te lo ah dicho?- niego antes de que pueda ser consciente que lo hago, no Amir, nunca ah dicho que me ama, solo que me quiere y a veces eso no parece ser del todo cierto, justo como ahora y diablos yo si lo amo. - Pero lo demuestra eso es lo importante- el acaricia mi mejilla y luego me quita el celular de las manos. - Aquí te dejo mi número, mi sobrino me está esperando, pero cuando quieras salir, y no estar sola llámame. Llego a casa a las 10 de la noche, las luces están apagadas, empiezo a subir las escaleras, llego a mi cuarto y veo a Amir sentado en la cama, su cara esta seria, y ve algo en su celular, cuando me ve se para, está furioso, pero yo no tengo ánimos de pelear con él. - ¿Se puede saber en donde ha pasado el día?- me grita y lo ignoro y voy al closet a buscar la pijama- respóndeme maldita sea. - No es tu problema. - Soy tu maldito novio claro que es mi problema. - ¿Ahora si eres mi novio?- me doy la vuelta y lo encaro- ¿y qué hay de anoche? ¿Cuándo te fuiste a revolcar con la zorra esa yo seguía siendo tu novia? - No sabes lo que dices. - Si lo sé, leí los mensajes desapareciste toda la noche, y todo el día, te escribí, te llame y nada, y ahora me vienes con que eres mi novio- me rio irónicamente y me acerco a él- no me jodas Amir, no eres más que un estorbo, no me dejas ser feliz, siempre la cagas deberías dejarme en paz. No lo veo venir, lo juro, no pensé que llegara a eso, nunca lo imagine, me doy cuenta de lo que pasa cuando ya es demasiado tarde, su mano impacta violentamente contra mi mejilla, la cara se me va a un lado por el impacto, estoy conmocionada, y me tiro sobre él, le rasguño el cuello el me quita de encima, el no se controla y yo menos, pero vamos es hombre, es más fuerte, y en un segundo me tiene contra el piso, se monta sobre mí y me inmoviliza las manos con una de la suyas, y con la otra me abofetea, el huele a alcohol, y hasta ese momento no me doy cuenta en el problema que me eh metido. - Te eh dicho mil y una vez que no me grites- me grita en la cara y una lagrima sale sola- te lo digo siempre, y tú te buscas esto Taylor- me da otra bofetada y chillo- te amo tanto- en ese momento el también empieza a llorar, y me vuelve a pegar- me vuelvo loco sin ti. - Para por favor- le ruego y él me suelta las manos y hunde su cabeza en mi cuello, siento sus lagrimas en mi cuello, pero lo único que quiero es que se aparte, la puerta de la habitación se abre y segundos después no tengo su peso sobre mí. - Ven cariño, ven- me dice su madre ayudándome a parar pero en este momento solo quiero salir de aquí. - Lo siento tanto amor- dice Amir llorando y tratando de acercarse pero su madre se pone en medio. - Aléjate de ella Amir- le ordena pero su esposo la toma por el brazo y se la quita. - Déjalos que resuelvan sus problemas- dice el pero su esposa niega a alejarse de mí. - Saca al monstro que tienes como hijo de esta habitación- le dice, y todos nos sorprendemos, y cuando el va a replicar lo fulmina- ahora- grita y sin otra cosa que hacer ellos salen dejándonos solas. Esa noche ella me consiente y me cuida, me quedo dormida muy tarde, y no tengo solo el dolor físico sino uno más grande, me duele el corazón. La mañana siguiente me veo en el espejo. Estoy horrible, demacrada y golpeada, el clima de Londres esta aun peor, lloro en el baño, y no salgo del cuarto en todo el día, me duele todo, la espalda las costillas y la cara, tengo la mano de Amir marcada en la mejilla. Nunca imagine que llegara a tanto, no lo pensé de él. En la soledad con mi teléfono, veo el número de ojitos, y sonrió. El tenía razón, esto es una locura, no puede ser así. Taylor: hola ojitos. Ojitos: hola linda ¿como estas? Y sin saber porque sonrió, y tengo una de las mejores conversaciones de mi vida, en donde suelto risitas tontas. El lunes no llego a la escuela, y el martes tampoco, no es hasta el miércoles que no me avergüenzo de salir, cuando Amir me ve por la mañana en la cocina, trata de acercarse, pero yo me alejo. - Debemos hablar tay… - Tu y yo no tenemos nada de qué hablar Amir- el pone los ojos en blanco y en un segundo me tiene pegada la nevera- suéltame bruto. - Yo lo siento mucho, no sé porque lo hice, no tengo escusa, Taylor, estaba borracho, tu no aparecías y pensé lo peor, pensé que te habías hartado de mi y mierda, lo siento tanto- me abraza pero yo no puedo devolverle el abrazo no quiero- mi amor, lo lamento no sabes cuánto te quiero. - Ya suéltame- le digo tratando de zafarme y el toma mi cara. - 'ana 'ahbik Taylor y sin ti moriría- ¿EL ME AMA? No sé si pasan días, horas minutos o segundos, pero me pierdo en sus ojos, en sus palabras, parece tan sincero tan arrepentido, parece él, no el tipo del sábado, parece mi Amir, mi amor. Pero no sé qué decir así que lo quito de mi camino y salgo de la cocina.
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