— ¿Cuántas veces te ha pasado esto?—Pregunta Esteban señalando mi pie—. — Más de lo que me gustaría —comento sin más—. — ¿Debería preocuparme? —Pregunta Esteban —. — No es necesario. Solo necesitare un poco de hielo para la inflamación, pastillas para el dolor y descansar un poco —comento—. — Vaya, eres valiente —comenta Esteban y yo bufo— No, enserio. Si fueras Aninka, estuviera gritando hasta más no poder, mientras dice "sus últimas palabras". Yo sonrío — Es normal actuar así, cuando no estas acostumbrada al dolor. — ¿Y tú ya te acostumbraste? —Pregunta Esteban —. — Más de lo que me gustaría admitir —comento recordando todas las veces que el dolor ha llegado a mi vida, mis amigos, mi novio, mi fracaso en lo que más amaba—. — Mmmm, algo me dice que no estamos hablando de tu pie —