Ónix
“El anciano sabio me ha pedido que hable contigo, me ha dicho que deben unirse hoy, el último día de la luna llena”
Escucho la voz de Luciano a través del teléfono y siento mucho que tenga que estar tratando estos asuntos cuando está viviendo una situación tan difícil y triste con Alondra.
— Luciano, yo me encargo. Ocúpate de ti y de tu esposa — Soy muy sincero con él, imagino que perder la posibilidad de ser padre de una manera tan violenta e inesperada no puede ser algo fácil.
“Gracias, hermano. Pero sabes que estamos del mismo lado, necesitamos salvar a la manada”
Me dice y no me puedo sentir más orgulloso de él de lo que ya lo estoy, no podría encontrar un mejor Beta.
— Y lo haremos, pero para eso necesito que Alondra y tú descansen un poco — Luciano cuelga después de aceptar mi sugerencia y me dirijo a la casa de Nala, donde sé que se encuentra, a pesar de que es consciente de que el hombre sin olor la está buscando.
No logro entiendo a esa mujer, cambia de estado de ánimo más fácil que cambiar de ropa y es casi que imposible seguirle el ritmo o saber en qué página se encuentra.
En especial ahora que conoce nuestro secreto y que, al parecer, está empezando a descubrir sus poderes y a comprender que no es tan solo una humana o no, al menos, no como los otros.
“¡Ónix!”
El grito cargado de dolor y miedo de Nala ha resonado con mucha fuerza en mi mente y de inmediato me paralizan una centésima de segundo y de inmediato me encuentro frente a la puerta de su casa.
Algo está sucediendo, no logro identificar la situación porque todo parece normal.
¿Qué ha pasado?
— ¡Nala! ¿Nala? ¿Qué tienes querida? ¿Qué le sucede, Loretta? ¡Oh por Dios! ¿Ese es el brazo de Belatrix? — El idiota del amigo de Nala no ha terminado su frase y yo he logrado llegar hasta ella y abrazarla.
Se encuentra en el suelo de lo que creo es su habitación, muy cerca un espejo. Lleva una camisa de hombre que de inmediato altera mis emociones y me pregunto si pertenece al imbécil que he apartado de su lado de manera nada amable.
A su lado, en el suelo, se puede observar un pedazo mutilado de un brazo femenino que debe pertenecer a Belatrix.
— Oye, déjala respirar — Me dice el idiota y lo ignoro por completo.
Una mujer alta y mestiza se encuentra a su lado y parece bastante impresionada y centra su mirada en el pedazo de carne en el suelo.
Observo todo a mi alrededor y al parecer no hay nada extraño: La ropa mojada de Nala se encuentra en el suelo y todas sus pertenencias parecen estar organizadas, demasiado, diría yo.
Observo el brazo de Belatrix y en su muñeca reposa un brazalete de amatistas, una extraña piedra, hubiese jurado que ella era una mujer de esmeraldas o diamantes.
— ¡Duele!¡Duele mucho! — Nala se queja;
Intento no apretarla contra mi cuerpo y busco signos de violencia en su piel; el hombre sin olor estuvo en este lugar y al parecer le ha hecho algo que le está causando mucho dolor, o tal vez esté hablando del hecho de encontrar el brazo de su hermana.
— Nala ¿Qué ha pasado? — Intento entrar en su mente.
Por un segundo pensé que se encontraba perdida en una visión, como le pasó en el parqueadero, pero esto parece diferente.
— ¿Acaso no lo ve? Le han dejado el brazo de su hermana muerta en su habitación ¿Qué demente hace este tipo de cosas? — El idiota vuelve a hablar y siento unas inmensas ganas de destrozarlo y eliminarlo con mis garras de lobo.
— Nala, ¿lo has visto? ¿Estuvo aquí? — Vuelvo a preguntarle a una Nala que continua quejándose del dolor y llorando.
La tomo en mis brazos y salgo de su habitación, necesito hablar con ella sin estorbos a mi alrededor.
— ¿A dónde la llevas? — Gritan sus amigos y bajan corriendo detrás de mí.
— A un lugar donde pueda estar tranquila — Me veo obligado a caminar con normalidad hasta que los pierda de vista, pero me urge llegar con el hombre sabio y la sanadora.
— ¿Ònix? ¿Qué estás haciendo? — Nala intenta deshacerse de mis brazos y ponerse de pie.
— ¡Nala, querida! — El idiota corre hasta ella, apartándola de mi lado y la abraza con mucha fuerza.
Gruño internamente, mi lobo se enloquece de los celos, ella es nuestra y ningún otro hombre puede tocarla de esa manera.
Nala observa todo a su alrededor y luego toca su cuerpo como si estuviese buscando algún tipo de lesión o herida.
— ¿Han apagado el fuego? — Pregunta mirándome con una expresión de sorpresa.
— ¿Cuál fuego, querida? — El idiota responde y cierra sus asquerosas manos sobre sus hombros.
— Mi habitación, él le ha prendido fuego, quería que yo muriera, me estaba ahogando y no podía respirar y dolía mucho — Sus dos amigos la observan como si estuviese volviéndose loca y yo intento comprender que lo que le ha sucedido con el hombre sin olor ser parece mucho a lo que me sucedió a mí con el imbécil de Arcas.
— ¿Alguien ha estado con ustedes? — Le pregunto a la chica que me observa de una manera extraña.
— No, no. Solo los tres y Nala subió a su habitación a cambiarse la ropa mojada — Me dice la chica de inmediato.
— Nala, tenemos que irnos — La tomo de la mano y me dirijo hacia la salida de la casa.
— No voy a dejar a mis amigos en este lugar — Retira su mano y se acerca al rubio con la sonrisa de idiota.
“No voy a dejarlos solos, él podría volver y hacerles daño”
Levanto la mirada, impresionado, porque estoy seguro de que Nala ha utilizado la telepatía de manera consciente.
Ella me observa con una expresión de desafío y solo pienso en tomarla contra la pared y frente al rubio idiota.
“Es luna llena, no pueden ir con la manada”
Contesto y verifico la hora, el anciano sabio nos está esperando y si Nala sigue negándose a marcharse, voy a tener muchos problemas, empezando porque no podré evitar cambiar delante de sus amigos.
“Tiene que existir una manera de protegerlos”
“La hay”
Envío un mensaje a Lorenzo, no hubiese querido molestarlo en este momento, pero es el único que puede ayudarme.
“¿Qué sucedió en tu habitación?”
Nala parece muy afectada, lo que me confirma que algo sucedió entre ella y el hombre sin esencia ¿Lo vio?
“Él estaba en mi habitación, me dijo que le devolviera algo que le pertenecía y que al parecer solo yo tengo, solo que no sé de lo que habla”
Siento la angustia en su voz, ni siquiera cuando su hermana murió la vi tan afectada.
“¿Te ha amenazado?”
“Me ha dicho que si no le devuelvo lo que él quiere, acabará con todo y todos, en especial los descendientes del alfa Ónix y de Amara.”
Nala se cierra por completo, no logro escucharla y su olor ha cambiado. Algo más sucedió y no quiere decírmelo.
Observo a sus amigos que en este momento la abrazan como si se tratasen de tres adolescentes reencontrándose en un aeropuerto.
“¡Nala! ¿Qué más sucedió? ¿Nala?”
Ella levanta la mirada y besa en la mejilla al rubito ¿Qué diablos?
“Me quemó viva”
La observo con incredulidad ¿Qué tipo de conexión existe entre el hombre sin olor y Nala como para que ella creyera que de verdad se estaba quemando? Ahora estoy más seguro de que tiene que ser Arcas.
“Mis amigos, Ónix. Tienes que sacarlos ahora de aquí”
Pienso en mi cabaña, pero la descarto de inmediato porque se encuentra cerca al lugar donde ha actuado la bestia y donde se desapareció Nala durante una noche.
Recibo una respuesta de Lorenzo y por fortuna hemos podido resolver el problema de los amigos de Nala, aunque para eso, me cree un problema a mí mismo.
— Vengan conmigo, debemos salir de aquí — Les digo a los tres y me acerco a Nala — Confía en mí — Tomo de nuevo su mano y observo su mirada inquieta y solo deseo tranquilizarla.
— No quiero perderlos también, ni a ti — Nala susurra las últimas palabras y yo siento el fuego abrazador dentro de mi cuerpo.
¡Le importo! Y tal vez la idea del matrimonio no sea una completa locura.
— No vas a perderlos, a ninguno de ellos, ni a mí. Lo siento, pero tendrás que soportarme durante toda tu vida — Nala no tiene ni idea de la verdad que existe en mis palabras.
Ella será mi pareja hasta que deje de respirar y eso nadie podrá cambiarlo, ella es mi destino.
— Sígannos — Le digo a los amigos de Nala y entrelazo nuestras manos y me dirijo a mi auto.
— ¿A dónde los llevas? — Nala no ha parado de mover sus pies, está nerviosa y parece muy angustiada.
— Al hotel de un amigo. En realidad hace mucho tiempo no lo veo, es amigo de Alondra y Luciano — Bajo la voz porque mi mente se llena de recuerdos para nada agradables.
— ¿Es como ustedes? — Me vuelvo a mirar a Nala.
Soy consciente de que hasta el momento ha estado muy tranquila y es algo extraño. No debe ser fácil enterarse de que las personas con las que has compartido los últimos días y creía humanos, son cambia formas como nosotros.
— No, pero conoce nuestro secreto — Vuelvo a sentir un sabor amargo en mi boca.
Charles fue un gran amigo cuando estuvimos en la universidad y ahora es el propietario del mejor hotel campestre de la zona y al conocer nuestro secreto aceptará que mis centinelas se ocupen de la seguridad de los amigos de Nala, sin que estos se enteren,
Aunque si fuese por mí, permitiría que uno de mis hombres visitara al rubito, porque estoy seguro de que se orinaría en los pantalones y se alejaría a toda marcha de mi territorio.
— ¿Y si ese hombre los sigue? — Me pregunta todavía inquieta.
— Varios de mis hombres los estarán cuidando — Centro mi atención en la carretera. Estamos llegando y no estoy seguro de lo que siento.
Charles fue un gran amigo, pero también contribuyó a que hace cinco años me alejara de mi familia y todo se volviera un desastre.
— Voy a quedarme con ellos — Me vuelvo a mirarla y mi lobo interno ruge.
¡Nunca! Nala no va a compartir nada en absoluto con el rubio.
— Tú y yo tenemos un compromiso — Detengo el auto y respiro profundo mientras observo la entrada al impresionante completo hotelero de Charles.
— Yo no tengo nada contigo. Me quedaré con mis amigos y mañana voy a enterrar a mi hermana — Se vuelve a mirarme llena de furia.
— Sabes que eso no va a pasar, vendrás conmigo. — Le repito.
— ¿Quién diablos te crees que eres? Lo siento, pero lo que yo sé es que eres el alfa de tus lobos y no tienes ningún poder sobre mí, yo soy una humana, no soy como ustedes — Observo la forma en la que cierra su mano derecha y su respiración se agita.
— Te equivocas Nala, eres como nosotros, ¿Lo sabes verdad? — Ella no es tonta y sabe que todo lo que le está pasando no es normal y debe aceptarlo muy pronto.
— No soy una mujer lobo, debes estar alucinando porque soy una humana, alguien normal y corriente y nada va a cambiar ese hecho, no lo soy… nunca…
— Eres una hechicera — Le digo y ella abre los ojos al parecer muy impresionada — No eres tonta, Nala. Te has dado cuenta de todos los cambios que has tenido.
Ella baja la mirada nerviosa, sabe que estoy diciéndole la verdad, nada de lo que le ha pasado es algo normal.
— A un humano no le pasaría lo que te ha pasado hace un momento en tu habitación. Una mujer normal no se comunicaría conmigo mentalmente —Se muerde los labios y mueve sus dedos inquieta.
— Eso no quiere decir nada, hay muchos casos de telepatía en el mundo y no significa que no sean humanos — Intenta defenderse en vano.
— No sigas engañándote, Nala — Cierro su mentón entre mis dedos y la obligo a mirarme a los ojos — Eres una hechicera, eso es lo que eres, mi hechicera y esta noche, te convertirás en mi compañera y en mi luna.