Capítulo quince: Combate I

1215 Words
Salgo de la cabaña y los ánimos se encuentran encendidos, los hombres gritan y aúllan y los hombres de la manada de los Rangers rígidos tratan de provocar a mis hombres. Luciano y Alondra me esperan en el centro de la plaza de nuestro pueblo. — ¿Estás bien? — Me pregunta Alondra y en realidad no sé lo que siento. Mi padre y mi hermano han muerto y no tengo la menor idea de donde se encuentra Nala en este momento y solo deseo dejarlo todo e ir a buscarla. — Nala está cerca, lo siento — Le digo a Luciano mientras este me entrega una bebida energética. — Pondré a varios deltas a buscarla, no te preocupes. La encontraremos — Me dice — Concéntrate en ganarle a Kaya, no puedo soportarlo— Sonrío ante su comentario y me alejo del ruido. — Deberías descansar un poco, quedarte en la casa hasta que empiece el combate, en unas horas, esto será una locura — Alondra tiene razón, todos vamos a transformarnos, así que será mejor ahorrar energías, pero solo quiero ir a buscar a Nala. — Te amo, Alondra y te he extrañado. Pero ya tengo una madre y con ella es suficiente — Le respondo y me alejo. Necesito silencio y calmarme. Pasar cinco años solo y de un momento a otro llegar al pueblo de mis padres y tener una sobredosis de decibeles de ruido no es lo que necesito en este momento. La noche cae con rapidez y se escucha el aullido de cada hombre cambiando de forma, la luna hace de las suyas, salgo y recorro el bosque, sigo buscando a Nala, sin ningún resultado. Antes del amanecer los lobos se acercan a la plaza, gruñen y se retan entre ellos. Pero esta noche es especial, la oscuridad es la protagonista y solo podemos percibirnos gracias a la luna llena. El aire está cargado de tensión y los gruñidos de los lobos de mi manada aceleran mis movimientos. Me acerco hasta el centro, donde observo el pelaje blanco y los ojos resplandecientes de Kaya. “¡Vaya! Nuestro lobo solitario se ha dignado a salir por fin ¿Acaso tienes miedo?” Gruño al escuchar en mi mente la voz del hombre lobo que me reta con sus dientes afilados. “Voy a acabar contigo, lobito” Ignoro los comentarios dellobo blanco que gira a mi alrededor, mientras lo observo con posición desafiante. Mi lomo se levanta y muestro mis dientes. Termino con su show, a pesar de que intento concentrarme y mantener un poco de control sobre mi lobo, en esta ocasión solo quiero dejarlo ser. Nos movemos en círculos, Kaya es acelerado, se muestra orgulloso y vanidoso y voy a utilizar todos sus fallos a mi favor.Mis músculos se tensan, al igual que los suyos, y tengo claro que estamos preparados para el combate. Me encuentro evaluando la situación cuando de repente el lobo blanco ataca, saltando a una velocidad asombrosa, lo esquivo con agilidad y respondo atacando con un golpe poderoso de mis garras. El sonido de nuestros cuerpos al chocar y cada golpe son feroces y brutales, mis movimientos son precisos, letales y solo deseo acabar con él. Los aullidos de nuestros lobos se vuelven más potentes y con cada ágil giro y movimiento solo veo las sombras de la muchedumbre. Los colmillos de Kaya brillan bajo la luz de la luna y nuestros rugidos y aullidos llenan el aire y cada impacto resuena como un relámpago. El dolor me invade, pero sé que no puedo parar, mi instinto animal solo quiere ganar y ser supremo. Observo la posición del lobo blanco, está herido y parece cansado. En un último y certero movimiento, me lanzo contra su cuerpo, sujetándolo con firmeza contra el suelo, con un último rugido me concentro en afianzar mi poder y darle el golpe final y letal. El lobo blanco intenta debatirse, no va a someterse con facilidad y empieza a agotarme. Me mantengo firme, mi respiración pesada. Emito un aullido largo y profundo, un llamado que resuena a través del bosque, soy su alfa, he obtenido la victoria y solo me falta acabar con el lobo blanco. Observo el intenso brillo de la mirada del lobo blanco, la adrenalina corre por mi cuerpo y levanto mi garra. — ¡Ayuda! ¡Ayuda! — El grito adolorido de un lobo en forma humana me distrae. Mi lobo desea seguir peleando hasta que el lobo blanco baje la cabeza y la cola, reconociendo su derrota. Pero tengo claro que debo volver a mi forma humana, aunque el sol está saliendo y los lobos empiezan a recuperar su forma humana. Algo muy malo está sucediendo y yo he aprendido a convertirme a pesar de la luna llena y no voy a esperar, unos minutos pueden ser definitivos. Mis ojos observan las heridas de los hombres lobos que se presentan ante nosotros, los lobos de la manada enemiga intentan atacarlos y mi lobo vuelve a gruñir, depositando un certero y brutal golpe a su alfa, que emite un quejido. Aúllo, confirmando mi posición de jefe, soy el alfa y me deben respeto y mis lobos aúllan en respuesta Los lobos de los Rangers bajan la cabeza y la cola y entonces me alejo del lugar, paso por el lado de varios cuerpos inertes y otros hombres heridos y ensangrentados. Deltas y centinelas, observo a un lobo marrón casi rojizo acercarse a ellos y entro en la cabaña. Vivo mi transformación deprisa, necesito ayudar y comprender lo que ha sucedido. Me visto de n***o y vuelvo a la plaza, donde tres deltas heridos de bala me esperan, mientras los hombres lobos que se han transformado buscan sus hogares para vestirse, los otros se han alejado. El combate ha terminado. — ¿Qué ha pasado? — Pregunto. Observo a dos hombres inertes y desnudos sobre el suelo, tienen heridas de bala en el pecho y en la cabeza. — Los cazadores los han asesinado, eran muchos, logramos herir algunos, pero no pudimos proteger a nuestros compañeros, alfa Ónix — Dice la chica delta, notablemente avergonzada. — ¿Están cerca? — Vuelvo a preguntar. Estoy seguro de que conocen mi cabaña y seguro están utilizando perros cazadores. — No, están a más de cien kilómetros de aquí y hemos pasado por un riachuelo y hemos esparcido nuestro olor lo que más pudimos — Vuelve a hablar la chica. Observo a mi alrededor y cada lobo comienza a alejarse, sus aullidos se vuelven más fuertes, mientras que Kaya recupera poco a poco su forma humana y se aleja con la cabeza baja. — ¿Ónix? ¿Por qué hay tantos lobos en este lugar? ¿Y qué les ha pasado a esos hombres desnudos? ¿Qué está pasando? —Me vuelvo y Nala se encuentra de pie, frente a mí, observándome con la mirada llena de terror. Antes de que pueda reaccionar al escuchar su voz, ella se desploma entre mis brazos, cubierta se sangre. Levanto la mirada, buscando ayuda, y me detengo en la alta y delgada figura de un joven de la edad de Drago, de oscuro cabello y vestido de n***o, con una leve cicatriz en su ceja derecha, que nos observa con el ceño fruncido.
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