Xandría empalideció, no sabía qué responder. Ni ella misma sabía qué era lo que le provocaba tanta curiosidad de la Presidenta. La mirada penetrante se afincó en ella y se vio obligada a responder. -Yo.. No lo sé, mi señora. Perdone- dijo y Eilé sonrió -No te disculpes si no lo sientes de verdad, Xandría- le recordó- Levanta mi falda- ordenó y ella observó la delicada tela que cubría las piernas abiertas de la ama- Abre las tuyas- escuchó la orden y se percató de que no mantenía sus muslos abiertos como era regla, lo hizo de inmediato impulsandose para levantar la tela que cubría los pálidos muslos de la señora.-Mírame- levantó la vista y Eilé se sintió realizada al cumplir su sueño de ver a esa chica tan deslumbrante desde esa posición tan dócil-¿Tu curiosidad es por probarme, sumisa?-