La segunda noche que Lucas se coló en mi cama fue tres días después, yo me había quedado hasta más tarde despierta todos los días esperando que él llegara, pero siempre me dormía. Ese día no fue una excepción, me quedé dormida alrededor de las 12 de la noche y me desperté, asumo una hora y media después, con su sexo presionando entre mis nalgas. Hace 3 días que nuestras conversaciones habían prácticamente desaparecido, aunque tampoco es que nos dijéramos gran cosa. Él me evitaba y yo a él, salíamos de la habitación cuando el otro entraba y preferíamos salir de la casa cuando nos quedábamos los dos solos. Pero no lo evité ahora que rozaba su mano tibia en mi muslo, esa noche me había puesto una camiseta ancha para dormir –debo admitir que quería esperarlo y hacerle la tarea más fácil, por