-¿Quieres que me detenga?- murmuró sobre mi oído y quise asesinarlo, ni muerta querría eso, en cambio, como respuesta, me restregué un poco más a él- eso pensé- dijo arrogante y antes de que me pudiese quejar por su insolencia, me dio una fuerte nalgada en mi piel desnuda, brinqué y se rió por lo bajo- Abre las piernas para mí, Nat, por favor- pidió y lo complací, aún cuando me burlaba de mi misma por ser tan sumisa ante él. Bajó mis pantalones hasta la pantorrilla y me asusté por que se pudiesen manchar, con su pie empujó un poco el mío y así terminé más abierta para él , con el culo más al aire y los pechos más apretados por la madera fría-Eso es, preciosa, así- murmuró mientras daba suaves besos en mis glúteos, los besos pasaron a suaves mordiscos que me hacían gemir muy por lo bajo, aú