-¡Alana!- El abrazo que Alondra le dio a su hermana mayor era algo envidiable, la chica era pelirroja natural como ella, pero con el cabello muy corto y estilizada casi tanto como Al. A su lado había un hombre muy sonriente y con aspecto amable que llevaba a una niña de unos dos años en los brazos, niña pelirroja que miraba curiosa a la que ahora saludaba a su madre.
-Dios, Alondra, como haz cambiado. Estás hermosa- Alana Benitez secaba sus lágrimas y miraba con devoción a su hermanita menor, se acercó a la niña y la alzó en brazos- Mira, Alondra, esta es tu sobrina, Luz. Cariño, ella es tía Ali, mira.
-¿Tía?- preguntó la niña con voz infantil- ¿De las fotos?
-Si mi amor, la tía de las fotos- le respondió su madre. Alondra la miraba con la boca muy abierta y cuando la niña se lanzó en s
