—¡Ni se te ocurra decirle que estoy contigo! —¡Claro que no!. Pero tal vez deberías hablar, preguntarle todo lo que deseas saber y eliminar todas esas inquietudes. —¿Preguntarle?, ¡Dudo que me diga la verdad!, por si no lo recuerdas, el tipo es un mentiroso de primera. Tal vez, por eso se la lleva también con mi padre. Además, si me encuentra, no dudaría en llevarme con mi padre. —Aun así, pienso que deberías escuchar lo que tiene que decirte. Y como garantía, yo podría acompañarte. Suspiro frustrada, dejando caer el cubierto sobre el plato. —¿Por qué?, ¿por qué tanto interés en que hablé con ese idiota? —Porque no quiero que esas “inquietudes”, afecten nuestra amistad. Deberías aclarar tus sentimientos. No tengo muy claro a qué se refiere, porque siento que de alguna manera habla e