Elías la abrazó y le sonrió diciendo. “Mi esposa está en lo correcto”. Salieron de la oficina hacia el ascensor, Dalia del brazo de Elías muy sonrientes y Salvador platicaba con Azucena. Valery se quedó parada llena de coraje.-Esto no se quedará así- pensó. Elías y Salvador llevaron a las chicas a un restaurante muy elegante, pidieron los mejores platos y una botella de vino que estuvo delicioso, Elías notaba la diferencia en Dalia, definitivamente no era la misma, la antigua siempre tenía pena de hablar y no se familiarizaba con los demás tan fácilmente, esta nueva Dalia sabía mucho de mundo y sus conversaciones eran entretenidas y animadas a veces sospechaba que era otra Dalia, pero sabía que eso era imposible, ¿Cómo podría haber dos Dalias? Salvador también tenía sus sospechas y no