CAPITULO 5: PRIMER DÍA

2034 Words
CAPITULO 5 Suena la alarma y realizo mi rutina sagradamente, al igual que todos los días. Me levanto con la sensación de que hoy será un gran día, es más no dejaré que ese tal Ray me lo arruiné, estoy dispuesta a demostrarle todas mis capacidades para dejarlo boquiabierto, y así se tragará todas sus amenazas de pacotilla. Voy más decidida que nunca. Veo la hora en el reloj de la cocina, me apresuro a tomar mi café, tomo las llaves de mi carro, le doy un beso a la fotografía de Ben y cierro la puerta de mi apartamento tras de mí. Hay un día muy soleado, pienso que hice una elección perfecta al colocarme la falda de tubo negra la cual realza aún más mis pronunciadas caderas y mi angosta cintura, para combinar elegí una blusa de raso azulina la cual coloco ordenadamente dentro de la falda para darme un aspecto de formalidad, como broche de oro calzo tacones tipo stiletto negros que por cierto son muy cómodos.  Me maquillé suavemente, pero puse un lápiz labial rojo intenso en mi boca. Hoy sí que le di importancia a mi atuendo, quiero impresionar a Ray en todos los sentidos. Me detengo de golpe. ¿En qué estoy pensando, impresionar a Ray? Me calmo y suspiro, impresionarlo para que sepa que tengo actitud y seguridad en mí, pues claro- giro mis ojos hacia arriba. Justo cuando dejaba de hablar conmigo misma, aparece de repente una sensación extraña, algo que proviene desde la calle, justo detrás de mí. Siento que alguien me observa. Espero pacientemente, miro a mi alrededor y no logro encontrar nada extraño, todo está como siempre, el buzón de correos al frente de mi edificio, el aparcadero de bicicletas a un costado e incluso el carro gris que espera a la Sra. Townson del piso 10 puntual como todos los días para llevarla a su trabajo. Todo parece en orden.  Pienso que estoy paranoica, la ansiedad de saber que me espera en mi primer día me está afectando. No le doy más importancia y me subo a mi coche. Esta vez lo dejo en el estacionamiento privado subterráneo de la compañía. ¡Que lujazo! me digo a mi misma. Cojo el elevador y voy directo a recepción. Vuelvo a ver a la chica hermosa de recepción; debe medir uno 15 cm más que yo, debería estar caminando por una pasarela de Milán me digo hacia mis adentros. – Buenos días- Saludo amablemente. -Buenos días Srta. Anderson, la Srta. Brown me ordenó que la llevase a los laboratorios de la compañía. Sígame si gusta- Sale de su Buffet de recepción. - ¡Gracias! Pero no hace falta, indíqueme el piso y yo llegaré por mi cuenta- Le guiño un ojo. Como no se lo esperaba, queda un poco perpleja ante mi negativa, pero se lo toma bien y me indica el número del piso - Es el 7- sonríe y noto que sus dientes blancos están perfectamente ordenados,  y brillan tanto que me encandilan. Antes que me pueda yo despedir, noto en su rostro pálido una mueca desfigurada, no logro distinguir si es pánico o vergüenza, queda congelada y la escucho tartamudear. - Bue…Bue…Buenos días Sr. Miller- logra decir torpemente Giro mi cabeza lo más rápido que puedo, y allí estaba haciendo su entrada triunfal, el tan petulante y arrogante Ray Miller. Me impresiona el poder que ejerce en todos, incluso con su presencia hizo temblar a la pobre chica de recepción.  Veo la escena y me da aún más coraje, no hay nada que odie más que las personas sin empatía ni tino, ni mucho menos amabilidad. Claramente nota mi presencia, ni siquiera se digna a saludar. Lo miro fijamente pero no seré yo quien diga la primera palabra, ¿Qué se cree el maleducado que por ser hijo del dueño va a venir a ningunearme? - Nina, acompáñeme a los laboratorios- ordena Hago una pausa y en mi mente digo:  ¿Nina?, ¿Nina? Siento que ardo de impotencia, ¿Cómo se atreve a llamarme por mi nombre de pila? ¡y sin mi consentimiento! ¿A caso le he dado yo tal confianza? - ¡NO! – Respondo a mis preguntas internas, pero sin querer lo he ducho en voz alta y fuerte. - ¿No? ¿Perdón? – suelta consternado de que yo le rebatiera su orden. Veo a la chica de recepción como se esconde tras su escritorio, creo que presiente que está a punto de desatarse una guerra campal y no le queda más que resguardase en su trinchera. Trato de calmarme, no puedo mostrar debilidad ni mucho menos descontrol, tengo que fingir que no me afectan sus palabras. Por ahora me trago mi orgullo y aclaro: -Lo siento, no quise decir eso. Lo sigo al elevador Sr. Miller- respondo sin sentir realmente una pizca de arrepentimiento. Aprieta fuertemente el botón, y noto que mira fijamente el visor que indica el número del piso. Lo miro de re ojo y pienso que es realmente muy guapo incluso se ve bien con el ceño fruncido, algo me provoca, pero no puedo dejar de compararlo con Ben, él era totalmente opuesto a Ray, su dulzura se dejaba sentir por donde fuera, era encantador y cariñoso. Aún me da mucha tristeza haberlo perdido. Vuelvo de mis pensamientos cuando las puertas se abren, un timbre anuncia la subida, entro y acto seguido sube Ray. Parece una eternidad lo que se demoran en cerrarse las puertas y un silencio escalofriante ronda entre nosotros, la tensión puede cortarse con un cuchillo. Al momento en que las puertas hacen contacto, el se voltea bruscamente hacia mí, quedamos frente a frente, me sujeta de la cintura apretándome tanto que me comienzo a sentir incómoda, me pone tan cerca que puedo sentir su agitada respiración. Noto que huele muy bien nunca antes había sentido un olor tan varonil. Aprovecho de examinar su rostro con detención veo que tiene un lunar bajo el ojo derecho que lo hace ver aún más sexy. Pero vuelvo de mis pensamientos y me doy cuenta de la situación en la cual me encuentro, él está rabioso lo noto en su mirada. Espero un momento para ver que me quiere decir. -Nina, creo haberle advertido que Ud. no puede estar aquí, no es su lugar. No voy a permitir que Ud. siga ni un segundo más en mi compañía- Esboza agitado. La verdad es que no se como reaccionar ante tal acto ofensivo. Trago saliva y siento que mi corazón se va salir por mi boca. Tengo una mezcla de rabia y miedo. Trato de pensar muy bien mis palabras inspiro profundo y respondo. -Primero Sr. Miller la compañía no es de Ud. es de su padre el Doctor Miller- Le recalcó muy bien cada palabra. -Segundo no fue Ud. quién me contrató por lo tanto tampoco le corresponde a Ud. despedirme- Sentencio. Hago una pausa para ver su reacción, noto que me suelta y se separa de mí un paso. Su cara es un poema, pero no precisamente de los románticos si no todo lo contrario. Agarro fuerzas y prosigo, - Y tercero yo no he aceptado que Ud. me llamé Nina, por favor diríjase a mi como Srta. Anderson- Le comunico decididamente. Veo que aprieta sus labios con fuerza, sus facciones se han puesto aún más duras y noto que quiere decirme algo más pero no lo hace. Por suerte un segundo timbre anuncia la llega al piso 7 y doy gracias al universo de que fuese así, por un minuto temí que esto se saliera de control. Doy un paso y casi se me olvida el reciente incidente con Ray al ver lo maravilloso de los laboratorios de Neotechnology, creo que me he enamorado por segunda vez en mi vida. ¡Cuánta tecnología! La cariñosa voz del Doctor Ethan Miller me trae de vuelta. - ¡Bienvenida Nina!, Bienvenida a tu nueva casa- Dice con gusto de verme. -Hola hijo, veo que ya han cruzado palabra con Nina, estoy seguro que se van a llevar de maravillas- se dirige a Ray Observo como Ray levanta las cejas, se da media vuelta y se pierde en el pasillo que lleva a las oficinas. ¿Siempre tendrá que ser tan desagradable? Pienso. -No te preocupes Nina, mi hijo es una buena persona y un excelente jefe. Últimamente no ha tenido buenos momentos, pero estoy convencido que harán un gran equipo. ¿Últimamente?, últimamente siempre me digo a mi misma, este hombre nació ácido. Y suelto una risita por el buen chiste que me acabo de hacer. Por supuesto que el Dr. Miller la nota y agrega: -Gracias por entender Nina, si gustas prosigamos con el tour por favor. -Disculpe que lo interrumpa Doctor, pero me puede explicar en detalle de que se trata esta investigación privada, me ha mantenido con la duda ya bastante tiempo. -Pues claro Nina, no hay nada que ocultar. Como tu bien sabes mi empresa se ha dedicado por años a investigar y dar soluciones que puedan ayudar al bienestar de la humanidad. Ahora estamos trabajando en buscar una cura a una enfermedad genética muy peligrosa. -Entiendo, eso es muy motivante estaré encantada en aportar un granito de arena en su búsqueda- Le recalco muy interesada -Nina tu no aportarás tan solo un granito de arena tu serás todo el desierto- Me mira y sonríe. Río sin entender en su totalidad la frase que me acaba de decir. Pero quise ser cortes ante su halago. Lo sigo para que él pueda mostrarme cada una de las salas, las máquinas e instrumentos que estarán a mi disposición, es como un sueño. En el Laboratorio estatal no existía tal tecnología, los avances eran muy limitados y los instrumentos debíamos compartirlos con las demás áreas. Siento que estoy en el cielo, flotando de nube en nube, y cada una es mejor que la anterior.  En eso siento que se aproxima alguien, volteo y es otra vez Ray, pienso ¿Cómo lo hace para llegar a arruinar cada uno de mis momentos de felicidad? ¿Es que no puede dejarme en paz? Siento que posa su mirada fijamente en mí mientras pronuncia: -Pa´ podemos conversar un minuto en mi despacho? - pregunta -Claro hijo voy en seguida, Nina te dejo en tu casa revisa lo que quieras y ponte al día, aquella (señalando a su lado derecho) es tu oficina espero estés cómoda- me comunica mientras se aleja detrás de su hijo. Le hago caso y me dirijo a mi oficina, quedo boquiabierta es una oficina de ensueño, ¡es enorme! calculo que es más grande que mi sala de estar.  Un gran ventanal se emplaza hacia el final del cuarto, el cual deja entrar una gran cantidad de luz. Los colores tienen un juego cautivante entre blanco y beige que la hacen ver muy futurista. Tengo un escritorio moderno color beige en forma de L con unas curvaturas muy ingeniosas; noto que si quisiera estirarme sobre el cabría perfectamente. La silla es tipo Bergere del mismo tono que mi escritorio, no puedo evitar saltar sobre ella y dar un gran giro de 360 grados. Suelto una carcajada por mi osadía poco profesional.  Estoy feliz todo se siente muy cómodo; si no fuera por la engreída presencia de Ray todo sería perfecto. De inmediato le escribo un mensaje a Lucy: “Lucy Wang esto es perfecto, vieras mi oficina podríamos acampar sin problema en ella. ? Te quiero mucho :)” Como siempre comparto todos mis momentos con ella, la quiero como a una hermana. Y no quiero que se pierda ningún detalle de esta aventura, finalmente fue por ella que estoy aquí. Una vez calmada y vuelta a mi compostura de adulto. Noto que encima del escritorio hay una carpeta con el logo de la compañía. Impreso sobre ella está mi nombre:”Srta. Anderson, Bioquímica jefa de la Investigación Privada”. Suspiro y me siento realmente importante, al fin me estoy creyendo este cuento. Abro la tapa y en la primera hoja hay una hoja muy extensa, el encabezado titula: “Contrato de confidencialidad”.
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