Salir a tomar unas copas por la tarde con las chicas fue divertido. Más que divertido. Realmente me caen bien Sasha y Nikki. Afortunadamente, no hablamos de trabajo durante todo el tiempo. Solo nos conocimos más y hablamos de cosas normales. Fue más que agradable. Por un momento, mi mente se olvidó de Kenzo y de esos malditos ojos intensos. Espero que reflexione sobre las suposiciones que ha estado haciendo sobre mí. Le está bien merecido. Aunque, cuando estuve sola más tarde esa noche... Todo en lo que podía pensar eran esos ojos negros. Juro que podía sentir todavía esos labios rozar los míos. Mi mente incluso empezó a preguntarse cómo habría sido mi regalo si me hubiera quedado para averiguarlo. Terminé excitándome tanto que me masturbé durante horas. Aunque no me sirvió de nada. No