VIII

1493 Words

VIII Una noche volví muy tarde a mi posada, de casa de María Victorovna, con quien había pasado la velada, y encontré en mi cuarto a un joven oficial de policía, engalanado con un uniforme nuevecito, que hojeaba un libro, sentado ante mi mesa. —¡Por fin! —exclamó al verme entrar. Salió a mi encuentro, desperezándose como tras un largo sueño. —Es la tercera vez que vengo hoy a buscarle a usted. He perdido todo el día. He aquí de lo que se trata: su excelencia el señor gobernador ordena que se presente usted a él mañana, a las nueve de la mañana. ¡Sin falta! Me hizo firmar un compromiso de ejecutar exactamente la orden del gobernador, y se marchó. Aquella visita del oficial de policía y la invitación inesperada del gobernador me causaron muy mala impresión. Desde mi niñez les había ten

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