Melissa estaba muy angustiada, su brazo dolía y sangraba. Pero no quería decirle nada a Michael, no quería ocasionar más muertes. Antes de pasar al hospital, prefirió pasar por la estación de policía para declarar lo que había ocurrido. Apenas el comisario reviso su brazo la llevo a enfermería, aunque no era muy profunda la herida, seguía sangrando. Luego de que le curaron el brazo y dio su declaración se sintió muy agotada. El comisario se ofreció a llevarla hasta su casa, pero ella se negó. No pensaba regresar a su casa, sino a la casa de Michael. No podía guiar la policía hasta ese lugar, así que les comentó que se sentía bien y no era necesario que la acompañarán. Subió a su auto, se quedó pensando un buen rato y se sintió frustrada. Las cosas se estaban saliendo de control. Llamó