Cuando abrió se lo encontró con una bandeja en la mano, sobre estas había platillos servidos con un desayuno ligero pero de apariencia apetecible y por aparte algunos vasos con distintas bebidas. —No conozco mucho acerca de la gastronomía colombiana, pero pensé que esto podría agradarte —dijo inocentemente Lee con ese detalle en sus manos y cara de querer animarla ese día. Marie bajó la mirada y no pudo evitar transformar sus labios en una sonrisa, sonrojada. Hacía mucho desde que alguien la había hecho recibir el día con detalles así. Recordó a su esposo muerto, él era así de galante con ella. Suspiró y se recogió un mechón de su alborotado cabello rizado detrás de la oreja. —Eres… —titubeó—. Eres muy amable. Y sí, esas papas rellenas se ven deliciosas —devolvió la mirada haci