Judith López Los días pasaron y las visitas de Daniel a casa de su familia cada vez eran menos frecuentes. Tenia la intuición de que lo hacía para no tener que verme, eso lo pensaba por que cuando venía a ver a su madre siempre se encerraba con ella en la sala de tv. Luego se iba muy rápido, a veces sólo escuchaba el auto que arrancaba. En parte eso me tenía confundida. Descubrí que la señora Cristina a pesar de parecer estricta era una mujer amable. Los días que llevaba trabajando siempre me preguntaba como estaba. Trataba de poner mi mejor cara ante ella puesto que no sabía de toda la carga interna que tenía. El día de hoy era mi tercer p**o semanal y mi “día de descanso” aunque me la pasaba encerrada en la habitación donde dormía, pero este día tenía planes. A mediodía decidí ducharm