—Mamá... —implore por lo bajo para que se detuviera. Emilia me tomó de la mano y me llevó con ella, importándole poco la presencia de Amaru a mi lado. Empecé a caminar involuntariamente, en dirección a la salida del bosque. Y antes de perder por completo de vista a Amaru, le eché un vistazo por encima de mis hombros para después ver como su figura se fue haciendo borrosa a medida que avanzábamos. —Madre, por favor, detente —supliqué nuevamente en un hilo de voz, con la intención de que aligerará la velocidad de sus pasos. —¡Madre nada! —soltó de golpe al momento en el cual detuvo su andar, haciéndome detener con ella. Su agarré en mi brazo se afianzó e hice una mueca al ser incapaz de decir algo más para que me soltará—. ¿Es en serio, Emylie? Su voz era severa y potente, sabía que s