—Esa mujer en serio necesita un marido —Dijo una voz masculina que se aproximaba —Alguien necesitaba controlarla de una vez por todas
John frunció el ceño al tiempo que se volvía hacia la puerta de la oficina del gerente
¿Desde cuándo los maridos están para controlar a sus esposas? John podría ser tachado de muchas cosas pero desde luego no tenia ideales machistas y denigrantes hacia el sexo opuesto
Alguien estaba por cerrar la gran puerta de madera de la oficina del gerente y él todavía se encontraba afuera algo descolocado por lo que acababa de pasar y por las sensaciones que eso habia desencadenado en su interior, una parte dentro de si mismo no podía creerlo peor no tenia duda de lo que sus ojos vieron
Jamás olvidaría la mirada que se robo su corazón y eso que lo habia intentado por mucho tiempo en el pasado, habia aprendido a vivir con el recuerdo de la mujer que habia amado con toda su alma y que habia terminado por traicionarlo, si alguien llegaba a saberlo seguro seria objeto de burlas, de eso no tenia dudas
Sin más se aclaró la garganta justo en el momento en que la puerta empezó a cerrarse y esta se detuvo
—No tengo tiempo para atender a nadie, los cajeros también pueden hacerlo —Dijo aquella voz masculina y John alzo una perfecta y oscura ceja
—Estoy seguro que si —Murmuró, su voz ronca y dura resonando por el pasillo
Un hombre más bajito que él, vestido con un traje de negocios gris y con unas gafas asomó su cabeza por un lado de la puerta, el ceño fruncido que tenia en su rostro de inmediato desapareció y su rostro palideció al verlo
—Señor Foster —Susurró el susodicho aclarándose la garganta —Es un placer tenerlo hoy aquí y toda una sorpresa también, no lo esperábamos…
—Lo sé—John ignoro la mano que el hombre le estaba ofreciendo pasándole por un lado y entrando la oficina —Eres el gerente ¿no?
Él ya sabia la respuesta pero espero a que el hombre le respondiera
—Si señor, mi nombre es Christian Miller y estoy a su servicio —Se apresuro a responder el hombre bajando la cabeza
John no le hizo el menor caso mientras observaba los papeles dispuesto sobre el escritorio de madera
—Me imagino que ha estado algo ocupado —Murmuró él
—Con las nuevas normas del banco se han tenido que hacer algunos cambios y cobros de la última década pero ya lo estamos solventando —Contesto el gerente y a John no le paso desapercibido la mirada de suficiencia del hombre
Odiaba ese tipo de personas, creían que tenían poder, se creían más que otros cuando solo por suerte es que terminan en un puesto que les queda grande, solo podía imaginar quien habia dejado a un hombre como Christian Miller de gerente del banco, alguien sin escrúpulos o empatía, todo líder o representante de algo necesita cumplir con más que conocimiento para estar en un determinado puesto de lo contrario los humos se les suben fácilmente a cualquiera
—La mujer que acaba de salir ¿pasa algo con ella? —Pregunto John sin la más mínima emoción en su tono de voz
—¿Mujer? —El hombre frunció el ceño hasta que el reconocimiento brillo en su rostro e hizo una mueca de disgusto —Alison Mason, una aprovechada sin lugar a dudas
—¿Si? ¿Qué hizo? —John tomo asiento y reviso la hora en su reloj, sus movimientos eran lentos, no tenía ninguna intención de revelar lo mucho que las palabras de ese hombre le habian molestado, al menos no todavía
—Su padre murió hace un año, el viejo al parecer sufría de una enfermedad cardiaca, desconozco si de Alzheimer pues olvido pagarle al banco la mitad de su casa ¡Por diez años! —El hombre puso los ojo en blanco —Todo un descaro, ahora ella viene y dice que no sabia nada de la deuda
John se sorprendió ¿el padre de Alison habia muerto? No podía creerlo, aun podía recordar la última vez que lo vio y fue cuando hablo con él luego de convertirse en novio de su hija, habia sido un hombre sabio y devotó a su hogar, podía el amor que sentia hacia su propia hija y eso realmente lo habia conmovido, habian terminado por tomar un par de Whiskys sentados en el porche de su casa, desconocía lo que su ex suegro habia visto en él pero supo que le habia encargado en sus manos a su única y adoraba hija, tal muestra de confianza aun lo sorprendía.
—¿Y usted cree que es mentira? ¿Por qué lo haría? —Él mismo estaba pensando en ello, le costaba pero estaba poniendo esfuerzo
—Esta desesperada, solo es una camarera —Respondió el gerente y él pudo escuchar el desprecio en su voz y recordó las lagrimas en los ojos de la mujer que habia tropezado con él hace uno minutos, seguro estaba desesperaba por salir de eso lugar, bien podía imaginárselo
—Quiero ver los registros —Exigió él levándose de su asiento y dirigiendo hacia una gran ventaba de cristal a un lado, todo la extensión del banco era de un solo piso y esa oficina tenia vista hacia lo que parecía ser una especie de sala de descanso con maquina de bocadillos y unos muebles, John supuso que seria el area de descanso del personal
Christian parecía sorprendió pero no dudo en hacer lo que le pidió el supervisor quien observo la fila de ceros escritas al final, era como una especie de recibo, la cuenta anual de los diez año que no se habia pagado aquella casa y alguna que otra deuda con el banco, podía hacerse una idea de porque un hombre como Jeromen Mason podía terminar siendo dueño de una gran deuda
Y si estaba muerto bien sabia en quien recaía la deuda
—El fin de semana embargaremos su casa —Añadio el gerente sin poder ocultar la satisfacción en su voz
—Te alegra la desgracia ajena ¿no es asi? —Murmuró John sin emoción alguna, se habia vuelto un experto ocultando sus emociones, habia sido crucial a medida que se habría paso en el mundo de los negocios
Sin esperar respuesta saco de su billetera un cheque y tomo un boligrago de su bolsillo, escribió la misma cantidad de los registros y se lo entrego al gerente
—He pagado su deuda por lo que ahora puedes quitar la orden de que vayan a sacarla su casa —Murmuró al tiempo que en se ponía de pie y daba media vuelta en dirección a la puerta pero antes añadió: —Y prepara una carta Christian.
—¿Qué? ¿Una carta? —El gerente no podía hacer nada por ocultar el asombro en su voz— No sabia que era amante de la caridad señor Foster pero aun asi la suma que acaba de pagar es hilarante, no tiene por qué…
John si creía que tenia porque hacerlo asique se volvió hacia el hombre interrumpiéndolo en el acto
—Si, haz una carta donde exprese tus disculpas a Alison Mason de inmediato y hazla llegar a sus manos para antes del fin de semana —John se aseguro de no ocultar el desprecio en su voz presente en cada palabra — Luego de eso recoge tus cosas, te quiero fuera de mi banco en menos de una hora
Ahora si que la cara del ex gerente del banco no tenia preció, su rostro estaba desencajado por la ira que poco a poco fue tiñendo sus rasgos
—Es totalmente absurdo ¡Una injusticia! —Exclamó el hombre y lo señalo con su dedo índice —No puede hacerme esto, soy bueno en mi trabajo, llevo años en el puesto incluso muchos más que usted.
John alzo una ceja pero no estaba nada asombrado por su reacción, en su mente se repetía una y otra vez la forma en como se habia marchado Alison y el tono despectivo y arrogante de Christian Miller, podía hacerse una buena idea de la forma en como la habia tratado, quedaba claro que el puesto de gerente le quedaba inmenso y sabrá Dios de donde saco tantas ínfulas de grandeza
—Me parece un acto muy piadoso señor Miller —John razonó —Tengo incluso más piedad de la que usted tuvo con la señorita Mason, exprese sus disculpas y váyase
—No pienso hacer tal cosa
Él sonrió, definitivamente habia tratado de ser bueno pero para algunas personas ser bueno simplemente no es suficiente
—Lo harás o me encargaré de que no vuelvas a conseguir trabajo en ningún lugar del país —Prometió con total seguridad y es que lo decía con toda seriedad, podía hacer eso y mucho más
Tener dinero y fama de vez en cuando tenía sus ventajas
Al parecer sus palabras hicieron efecto porque el hombre palideció en cuestión de segundos, sin esperar respuesta John se dio la vuelta y se marcho.