Más de treinta minutos después Alison observo con confusión como la limusina los acercaba al aeropuerto de la ciudad, por un camino que se supone que debía estar restringido para el paso de cualquier persona no autorizada hasta entrar a la pista de despegue
—¿Qué hacemos aquí? —Pregunto ella sin apartar la mirada de su alrededor hasta que el vehículo se detuvo
—Me tome la molestia de investigar el mejor restaurante de Nueva York, estamos a punto de ir ahí —John respondió como si nada al tiempo que el chofer abría la puerta para que ambos salieran
—¿Qué? —Alison estaba en shock, no podía creer en sus palabras pero cuando se deslizo fuera de la limusina y observo a unos metros un jet blanco con franjas azules y el rostro serio e inescrutable de él termino por creerle —¿Tienes tu propio
