Mientras estaba en el agua tibia podía ver a esas dos súcubos como se acariciaban y se daban cortos y suaves besos en la cama, la de blanco atacando con simulada rabia y la de rojo sumisa y tímida dejándose hacer. De solo verlas mi erección era dolorosa, sin siquiera tocarla. Y tal era la excitación que sentí que con dos jamaqueos acabaría y así lo hice muy disimuladamente, eso me garantizaría un primer round duradero. Luego de acabar con un esfuerzo sobre humano para que no lo notaran, decidí que era suficiente agua y dándome una enjabonada final me enjuague y salí de la bañera. Me sequé allí mismo en el baño, salí desnudo y casi erecto fui hacia la cama. Me quedo al pie de la cama viendo como luchaban cuerpo a cuerpo, donde una forzando a la otra a someterse y obligándola a que hundier