Salí de los muebles y me acerqué a donde estaba la suegra y encendí dos porros, ella no salía de su asombro, como todos estaban a mis espaldas no vieron cuando le ofrecí uno, a lo que nerviosa se quedó estática, pero el capitán lo tomó y sonriéndole a ella le dio una calada, encendí uno más y me fui de regreso con los demás llevándome un puñado de porros. Gise estaba de espalda a la suegra y no fue por suerte, así lo había querido y evitar que anduviera pendiente de la madre. Cuando ella me ve llegar y darle a Guille uno de los porros y el otro a Vero, se quedó extrañada mirandolos. —¿Eso es Marihuana? —Preguntó muy seria. —Sí, ¿tienes algún problema con que fumemos? Si te molesta no hay problemas, lo apagamos y fumamos cuando no estés, lo que menos queremos en incomodarte —lo dije de m