Voyerista

682 Words
En la noche después de haber comidos y visto una película toda la familia juntos, cada quien tomó camino para su habitación, Gise entró a su antigua habitación a darse un baño rápido y luego yo hice lo mismo en el baño del pasillo. Cuando salí del baño noté debajo de la puerta del cuarto de Vero su sombra reflejada hacia fuera por la luz interior, estaba parada detrás de la puerta, pasé como si nada hacía mi cuarto e hice la misma operación de la puerta al medio día y subí a mi cuarto, ya Gise con una sonrisa de oreja a oreja me esperaba desnuda en la cama, y colgué en la baranda de la escalera la toalla, dejando solo una ranura a nivel del piso. como para que Vero fácilmente pudiera ver sin que se hiciera notar su presencia y apagué la luz esta vez y encendimos las lamparas de las mesas de noche que iluminaban fácilmente todo. Esa noche hice todo lo que se puede hacer con mi esposa, lo hicimos dos veces seguidas y ella se vino varias veces, durante todo el tiempo pude ver a Vero pendiente de todo lo que hacíamos, ella no sé si notó que yo la miraba a veces, la verdad nunca la sorprendí mirándome a los ojos, ella la vista fija en la unión de nuestros sexos. La parte donde más debió haber abierto los ojos, fue cuando penetré a mi esposa analmente, yo le estaba dando la espalda de medio lado, para que ella viera bien por donde yo estaba entrando y claro no podía voltear a verla porque me delataría, lo que más me gustó fue que mi esposita gimió fuertemente, aunque me preocupé por lo fuerte, no fuera a ser que Vero dejase la puerta abierta abajo y claramente se oirían los gemidos en el pasillo, pero bueno que carajo, ya nos enteraríamos en dado caso. Siempre y cuando nadie más entrara todo iba bien. Luego de terminar de hacer lo que hicimos, nos quedamos los dos exhaustos en la cama sin preocuparnos por más nada. Como a la una de la madrugada me desperté y fui al baño, desnudo aprovechando la oscuridad, Gise estaba más que rendida, espatarrada en la cama, al pasar por la puerta de Vero esta estaba entre abierta, así que entré con cuidado y la vi muy inquieta en su cama, todo estaba a oscuras, pero pude notar su silueta, ella se movía mucho en la cama, estaba sufriendo los azores de la calentura y pude notar que ella no se tocaba en sus partes, estaba profundamente dormida y solo se pasaba las manos por el cuerpo, apenas se tocaba los senos y pasaba las manos fuertemente por las piernas, quería meterme y ayudarla, pero me asusté de estar solo allí parado, así que salí y entré al baño, hice del uno y salí nuevamente desnudo hacia el ático. En esa semana, todos los días tuve sexo con mi esposa y dejé que Vero nos espiara, a veces hasta dos veces al día, siempre aplicaba el mismo procedimiento con la puerta y dejaba ropa colgada en el barandal de las escaleras para que ella se ocultara. Había descubierto que le encantaba mirar y a mí ser mirado por ella. Algo había cambiado entre los dos, a veces la sorprendía mirándome ensimismada y ella también me sorprendió en lo mismo, no decíamos nada y a veces solo una sonrisa al vernos nos decía que todo estaba bien. Normalmente ella no era tan apegada a Gise, varias veces noté como ella buscaba sacarle conversación a su hermana mayor, creo que lo hacía para asegurarse que no estuviésemos haciendo algo sin ella enterarse. Cuando esto pasaba yo le decía algo pícaro a mi esposa que le indicara que quería acción y ella en la primera oportunidad se deshacía de Vero y subía rápidamente a esperarme. Yo tenía que entrar a final para poder hacer la operación puerta y dejar la toalla o la ropa en la baranda de las escaleras para cubrir a la Vero voyerista.
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