-El Señor Anderson se disculpa. No podrá estar en su cumpleaños, pero le envía este regalo -¡No lo podía creer! ¡Era León! Mi respiración se aceleró, no pude evitar que mi boca se abriera por la sorpresa –Señorita, cálmese –Su voz bajó algunos decibelios. -Es que… Es que… León –Sus ojos viajaron con rapidez, hacia atrás y terminaron por regresar a mí. -Éramos gemelos idénticos–Respondió sin cambiar de expresión y volúmen. Y yo tarde un poco en recomponerme, porque hasta la voz era similar -¿Cómo te llamas? –Me dio media sonrisa. -En este momento soy Gill -¿En este momento? ¿Qué significaba eso? –Confíe en mi señorita, avisaré que usted está bien -¡Mi padre! ¡Estaba hablando de mi padre! Eso solo significaba mi posible rescate. -No fue Sören quien me secuestró –Me apresuré a decir porq