** Elizabeth** ¿Me gustaría tener unas cuántas cosas para hacer más cómoda mi estadía aquí? Por supuesto que sí; pero, cuando pensaba en mi anterior prisión, agradecía de nuevo por este lugar. Siempre había estado encerrada y, cuando meditaba al respecto, mi primera jaula en definitiva era un Castillo. Mi rutina se resumía en esperar por el desayuno en la cama, fingiendo que dormía. Entrenaba mi cuerpo toda la mañana, para darme un merecido baño después de sudar por el ejercicio; y cuando salía, mi comida ya esperaba por mí. La meditación y respiración, la realizaba por la tarde; además de, repasar mentalmente conceptos que había leído en mis días de estudio. La cena, tenía que esperar que la dejaran cuando iba al baño, porque al igual que yo, ellos no querían siquiera verme. Después d