En casa ajena.

2012 Words

Jamás he sido tan coqueta y tan espontánea con ningún hombre, excepto con él, no sé por qué, pero me da la fuerza para poder ser yo, al principio tenía mis dudas y que la mente me estaba jugando una broma. Tanta casualidad debía ser broma, pero aunque aún no tengo pruebas físicas que digan qué es él; no tengo dudas por sus palabras, su comportamiento, su dejá vù, sus cicatrices; mis manos tienen memoria. Me conozco su cuerpo con mis manos, y la manera que me hace sentir. Y tenía que venir el idiota del diplomático a destrozar el momento, también que estábamos pasándolo. - ¡Aterriza!- Helena me grita al oído - No tengo que aterrizar en ningún lado porque no estoy volando. - No aparece, te estoy hablando y parece que tu mente está en otro lado. Mira a los lados, verificando que no hay

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