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Detrás de una máscara

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Blurb

Dicen que si le pides algo al universo te lo concede, yo llevo pidiendo hace mucho superar mi mala suerte en el amor y que me envíe al hombre de mis sueños, pero nunca llegaba hasta que me rendí y dije: el amor no es para mí.

Me quise divertir, olvidar mi mala suerte, ser irresponsable por una vez en la vida, solo dejarme llevar por mis emociones y las circunstancias, olvidar que él destino cuando se trata de mí me ignora, pero me tenía una jugarreta, ahora mis deseos, mis sueños, todo lo que quise me lo dió pero con un problema; está detrás de una máscara.

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Lo encontré
Para mí la vida se divide en dos, el trabajo y la vida personal, no mezclo ninguna porque en mi profesión eso es un riesgo muy grande. La mayoría de mis compañeros de trabajo creen que soy amargada, malgeniada, sería, orgullosa y soberbia, pero muy pocos saben que esa es mi fachada en realidad soy todo lo contrario, divertida, espontánea, amigable, amorosa y tenía un sueño en la vida, conseguir el amor. ¿Qué mujer no ha soñado con un príncipe azul que le resuelva la vida y la ame? Todas, pero yo no quiero un príncipe, mis problemas los resuelvo yo solita que para eso tengo, pierna, brazos y cabeza, tampoco un príncipe de cuentos de hada porque me parecen aburridos. Yo quiero un hombre astuto, que sepa lo que quiere, centrado en sus objetivos, meticuloso, inteligente, que me represente, guapo y que cuando estemos a solas sea amoroso, romántico, que tenga un buen atributo para que me lleve a la gloria, porque un hombre que no sepa moverse en la cama es un huevo sin sal, una pizza con agua, y un dulce sin azúcar, es decir; que no sirve. Lamentablemente de esos me he topado muchos; exagero, no tantos, pero los poco que he tenido han resultado ser machista, infieles, mentirosos, insoportable o muy malos en la cama. Cómo quien dice me ha ido mal en el amor, me han partido el corazón tantas veces que perdí la cuenta, ya me considero inmune. El último resultó ser egocéntrico, prepotente que me engaño con su amigo, si escuchan bien su amigo, resultó que le gustan los hombres eso explica por qué era tan poco agraciado en el ámbito s****l. Por ello he decidido renunciar a la esperanza de encontrar mi hombre ideal, ese que al verlo me haga perder la razón, que me haga sentir hermosa, inteligente, mujer y sobre todo que pueda ser yo misma, que pueda confiar con los ojos cerrados. Ya sé, no existe, no hay un hombre que pueda tener todo eso y si existe nada más saber a qué me dedico sale huyendo, por eso no mezclo las cosas. - ¡Nathalia!- me llama mi compañero, mi mejor amigo es el único hombre que le confiaría mi vida y porque me la ha salvado varias veces. - muévete mujer el capitán no espera en la oficina. - Voy Luis dame un momento me estoy cambiando. - Está bien, no demores. - sale y termino de cambiarme, acabamos de llegar de un operativo y me ensucie un poco ¿Qué les decía? Ya recuerdo, renuncio al amor, me dedicaré solo a trabajar, me volveré monja, porque no soy mujer que se enreda con cualquiera de la calle, en mi vida he visto tantas cosas que eso es algo que tengo prohibido.Adiós a mi esperanza de amar a alguien. - Lista, vamos a ver al capitán. - ¿Estás bien? no quisiste que te viera el médico, recibiste un disparó. - comenta Luis mientras vamos a la oficina de mi jefe. - Estoy bien tenía el chaleco, lo importante es que desmantelamos una red de narcotráfico. - Una de muchas que nos quedan. Llegamos a la oficina del jefe, estaba hablando por teléfono con sus superiores, al vernos se despide y cuelga. - ¿Me pueden decir que voy a hacer con ustedes?, No esperaron los refuerzos, Sanbanth está en urgencia, Bermon con heridas y tu niña recibiste un disparó, pudiste haber muerto, González murió y ahora tengo a los de arriba pidiendo la cabeza de alguien. - Capitán, desmantelamos una organización de narcotráfico que hemos estado investigando durante meses, sabíamos lo que estábamos haciendo y conocemos los riesgos no sería la primera vez que enfrentamos algo así. Mi equipo está preparado. - Almeida, no hablo de que no estén capacitados para hacer este operativo, pero debías esperar refuerzos. - Capitán, los pedimos y se demoraron en responder, la cabeza de la banda se iba a ir, ¿Sabe lo difícil que fue tener a Hernández en el lugar? Ese hombre siempre se escapa no podíamos permitir que eso sucediera nuevamente; hice lo que tenía que hacer y mi equipo me apoyo. - Si, pero ahora los tengo furiosos, respirandome en el cuello. - Lo que están es molesto porque no se llevaron el crédito, sino usted.- no miento, cada vez que tenemos un operativo hacemos todo el trabajo y ellos se llevan el crédito. - Eso es cierto jefe, están ardidos porque atrapamos al gran capo Hernández y ellos no pudieron llevarse el crédito. Suena el teléfono del jefe, escuchamos palabras monótonas por minutos y luego cuelgan. - Era el gobernador, está feliz porque atrapamos a Hernández, quiere homenajear al departamento con una fiesta en la casa gubernamental. - Sabe que no podemos recibir homenajes, ni presentarnos, somos un equipo fantasma.- le digo. - Lo sé y ellos también por eso la fiesta será de disfraces. - Luis y yo nos miramos sin creer esto. - Capitán, acabamos de llegar de un operativo, perdimos a un compañero no es para celebrar. Además, nadie sabe quiénes somos.- Luis está enojado. -¡¿Crees que no lo sé?!, Pero no podemos despreciar al gobernador, así que vamos a asistir a la reunión, nadie sabrá quienes son porque van a estar otros cuerpos policiales y usarán antifaz es obligatorio. - No jefe, no vamos a asistir además como bien lo dijo no van a saber que fuimos porque será con máscaras usted les dirá que fuimos y listo. - ¿Quiere que le haga un desplante al gobernador? ¿quieres que desmantelen nuestro cuerpo?. - No, pero usted recibe las órdenes nosotros investigamos, planificamos, ejecutamos y listo. Volvemos a nuestras vidas, sin que nadie sepa a qué nos dedicamos por eso somos un cuerpo de inteligencia. - Pues los quiero ahí he dicho. ¡Salgan de mi vista ahora! Y niña, no vuelvas arriesgarte de esa manera. - Si jefe lo que diga, ¿pero dígame que no estuvimos geniales? - A la altura como siempre.- se ríe y me manda a salir cuando llegó a la sala de la oficina tengo a todo mi equipo mirándome. - Tranquilos - les digo. - Teniente, usted sabe que yo hago lo que usted pida, pero ir a una fiesta cuando perdimos a un amigo y exponernos, es demasiado. - me dice Julio. - Si Nata, me alegra que reconozcan nuestra labor, pero habrá mucha gente que va a querer saber quiénes somos. - comenta Helena - no está en el contrato exponernos así. - A ver se calman, ya le dije al jefe que no vamos a ir, así que preparen sus cosas y vayan a casa o hacer lo que quieran hasta que tengamos nuevas órdenes.- les digo. - Nathalia, el jefe dijo que debíamos estar. - me recuerda Luis. - Pero no dijo que tenía que ser todo el equipo, voy a ir yo y cuando él me vea se quedará tranquilo. - No puedes ir sola a exponerte jefa - dice Alexander. - A ver chicos, el jefe me dio una orden ahora yo les doy un ustedes váyanse a casa seguir con sus vidas, no quiero más discusiones. - Pero Nathalia.- los miró molesta y ya saben que no deben decir ni una palabra más, de esta manera se retiran. Voy a los cuartos, Helena me sigue. - No vas a ir sola. - Ya di una orden, además solamente serán unos minutos hago entrada, saludo al jefe analizó todo por unos minutos y luego me desaparezco. Para esos somos buenos. - Yo voy a ir contigo. - Lo malo de tener compañeros tan leales es que cuando te quieres arriesgar ellos lo hacen contigo sin acatar órdenes. - no insistas, lo decidí, así que ¿De qué no disfrazamos? - ¿Del cuerpo inteligencia más sofisticado que existe?.- reímos - yo que sé cualquier cosa, pero eso sí debemos llevar máscaras es obligatorio. - Algo bueno de esta locura de fiesta. Quién sabe y la pasemos bien. - Helena entramos y salimos. - Tú eres la jefa tú mandas. Fuimos a una tienda a comprar un estúpido disfraz, no uso uno desde que tenía cinco años y fue de policía. Si desde niña quería atrapar a los malos como mis padres. Papá era comisario de homicidios y narcoticos y mamá era criminalística experta. Los mejores yo debía seguir el legado así como mi hermano también que pertenece al centro de homicidio; una familia de miedo. Ya se habrán dado cuenta de que trabajo para el gobierno, soy agente encubierta del departamento de inteligencia, somos un equipo que se formó de la sombra, todo el mundo sabe de nosotros, pero nadie nos ve, somos un mito. Llegamos donde nadie puede, nos filtramos en organizaciones criminales más importantes del país a nivel nacional e internacional. Investigamos, analizamos, trabajamos buscamos pruebas, ejecutamos después desaparecemos como arte de magia, la gente sabe que estuvimos ahí, pero nadie nos ve. Ahora el jefe nos quiere exponer ante todo por una fiesta, no puedo permitirlo soy la cabeza de este equipo, la líder, la teniente, no puedo arriesgar a mi equipo de esta manera.Llevamos más de 10 años en esta organización todos juntos, hemos tenido pérdidas, heridas, problemas, pero somos una pequeña familia. Nuestra familia no saben a qué nos dedicamos, por lo menos la mía aunque vengo de una dinastía no saben que soy agente, creen que trabajo archivando documentos para el comisario, esta es la razón de porque nadie nos conoce. ¿Le sorprende verdad?. Ya ven porque mis compañeros creen que soy amargada, sería e insoportable, porque soy la jefa y tengo que llevar una máscara aunque de vez en cuando puedo ser yo. - Nathalia mira. - me llama Helena y me muestra un vestido n***o con dorado, largo con encajes y algunas partes transparente, con corte de sirena y un antifaz de encaje dorado. - Es hermoso. - Es para ti, seguro te vas a ver increíble, más de uno va a caer en tus encantos. - No voy a ponerme eso Helena. - Claro que sí, tienes un cuerpo de diosa y lo escondes detrás del uniforme. Es hora que de que muestres lo que tienes y como nadie sabrá quien eres, no importa. - Está loca. - no sé cómo me convence, pero lo compre, se me ve impresionante hasta yo me enamoré de mí. Se hizo la noche y fuimos a la casa del gobernador, Helena uso un disfraz de princesa guerrera nadie se metería con ella. Al llegar había mucha seguridad, luces de neón, todo era medieval. - Después preguntan por qué la gente dice que gastan el dinero del pueblo. - Ya sabes el plan, entramos saludamos al jefe, nos quedamos unos quince minutos y nos vamos, no podemos exponernos ¿de acuerdo?. - Entrar, saludar, analizar por 15 minutos y salir. Entendido. Ponemos en marcha el plan, entramos a la casa, nos separamos mientras saludábamos, reconocí a varios agentes del departamento de homicidio, de la policía nacional, del cuerpo de criminalística, etc. De repente veo a mi papá y al capitán - Buenas noches, capitán Sabino. - Buenas noches, ¿Almeida, eres tú?. - Baje la voz capitán se supone que nadie debe saber quiénes somos. - ¿Vinieron todos?. - Como lo ordenó, pero no le pienso decir dónde están, solamente me acerqué para que supiera que estamos aquí. - No pensé que vendrían ya me estaba inventando algunas excusas. - No vaya a decir quiénes somos, nuestra identidad debe ser un secreto para todo el mundo y usted lo sabe. - Lo sé niña, yo mismo di la orden que así fuera. Ya le diré que están por ahí dando vueltas y se va a quedar quieto.- se aparta un poco y me ve - vaya sí que estás hermosas vas a romper el corazón de unos cuantos. - Voy a dar una vuelta. - ¿Reconocimiento del lugar?, no vas a cambiar nunca. Ni porque es una fiesta. - Esas son las peores porque permite que los enemigos invadan, es mejor estar preparado para cualquier cosa. Lo dejo, mientras superviso todo el sitio, empieza la música alta, las luces, me encandilan, trato de buscar la salida, pero hay tanta gente que no logro saber dónde están. - Demonios por eso, odio estos eventos. Siento que alguien me agarra la mano y me lleva algún sitio, trato de soltarme, pero es más fuerte de repente estoy en el jardín, fuera de tanto escándalo y luces. - ¿Estás mejor? Te vi un poco incómoda allá adentro. - Si gracias. - alzó mi mirada y estoy ante los ojos y la sonrisa más cautivadora que haya visto. - no podía salir. - Descuida, tampoco me gustan estos tipos de eventos, pero cuando estás obligado a venir no hay de otra.- que voz tan fuerte, varonil, Nathalia enfócate, no sabes quién es.- ¿quiere algo de tomar?. - Para eso tendría que volver a entrar y prefiero mejor que me muestren la salida.- sonríe. - No hay que entrar, hay un bar aquí afuera me imagino que para aquellos que no queremos estar en la fiesta. Ven. Me vuelve a tomar de la mano y me lleva hasta donde está el bar, ¿Pero qué demonios me pasa? No parezco agente, si fuera otro ya le hubiera dado un golpe nada más por intentar tocarme, pero algo tiene este hombre. - ¿Qué quieres tomar?. - Una cerveza está bien, para pasar la sed. - le digo. - Que sean dos cervezas por favor - le dice al chico del bar. - Por favor destaparla frente a mí al igual que darle vuelta al vaso. - me mira con media sonrisa. - ¿Qué es tan chistoso?. - ¿De qué cuerpo policial perteneces?, Es obvio que eres muy desconfiada. - En esta profesión se observa tantas cosas que es mejor estar alerta. ¿Tú de cuál eres?. - ¿Qué te hace pensar que pertenezco alguna?. - Estabas analizando el ambiente, tienes la fuerza de alguien que entrena, tus manos han cargado un arma, tienes la actitud de una persona que a recibido entrenamiento, no apartaste tu mirada del chico del bar mientras nos servía y has visto más de tres veces a los lados desde que hablamos. - ¿Llegaste a esa conclusión solo por verme?. Lo del bar es una costumbre toda persona debería hacerlo, suelo mirar a los lados para estar atento. - Ahora tratas de que cambie mi opinión sobre ti, no estás sudado, ni cansado, por lo tanto, no estabas bailando, me sacaste de ese lugar porque me viste atareada y en dónde estaba solamente podrías verme si buscabas algo, tienes cayos en las manos eso es por el arma, actitud de alerta e inspeccionado cuidadosamente a tu alrededor para verificar el perímetro. Sonríe tan perfecto, que dientes tan bello y su sonido al reír es tan sexy. - Una chica inteligente, me gusta.- camina y me pide que lo siga, - demos una vuelta en el jardín. Me encantaría, ¿pero si es un maniático psicópata?. - ¿Preocupada? Pareces una chica que se sabe defender. - Lo sé hacer, pero no quisiera alejarme de la fiesta. - No vamos a salir del jardín, es alejarnos un poco del escándalo. - me toma de la mano y pierdo mi capacidad de pensar. Empezamos a caminar. -¿De qué se supone que es tu disfraz? - me pregunta, no tengo idea. - ¿De qué es el tuyo? - evado la pregunta con facilidad. - Solamente me puse una máscara, estoy muy grandecito para disfrazarme. Llegamos a una piscina, nos sentamos en los bancos y seguimos charlando, se siente tan natural. - Mi amiga escogió la ropa y no le pregunte, pero me gustó el antifaz. - A mí también y todo el vestuario, te queda muy bien. - Gracias. ¿Así que no te gusta estás fiestas, pero aquí estás?.- afirma con su cabeza.- ¿no te ibas a escapar?. - ¿Eso ibas a hacer?. - No, solo quería aire fresco y tú llegaste. - Soy un salvador en rescate de una damisela.- eso sí me dio risa. - Soy todo menos una damisela. Así pasamos casi dos horas hablando, no me sentía tan espontánea en toda mi vida, me hizo reír y yo a él, nos olvidamos de la fiesta, solamente existimos él y yo. Hablamos de lo que nos gusta, lo que no, esa sonrisa que están perfecta; este hombre me tiene enamorada. No sé cómo explicarle lo que este hombre me hace sentir, mi corazón palpita a millón, mis manos sudan, pero puedo ser yo y no le molesta. - ¿Quieres salir de aquí? - me pregunta. - ¿Vamos a dónde?- que importa, no quiero alejarme de él. - Dónde tú quieras ir. Yo te llevo. - Sorprendeme, mientras no me vayas a asesinar. Me tomo de la mano, salimos de la casa del gobernador terminamos en una casa hermosa en una de las zonas más prestigiosas del país, con vista a la ciudad y una piscina, tan elegante y masculino. -¿Es tu casa? - afirma - muy bonita. ¿Tienes dinero?. - Cuando tienes buenos ingresos y sabes invertir bien, lo demás llega solo. - Talvez no seas policía, ni detective sino un político o hijo de político.- sonríe. - Talvez, ¿Qué te dice tu instinto?. - Cuando se trata de hombres me falla, pero tú eres policía, no sé dé que área pero lo eres. Nos sirve algo de beber.- cerveza para la dama. - Es muy linda la vista de tu casa, no puedo creer que esté aquí. - Uno sabe dónde despierta, pero no dónde termina el día. - Es cierto. Pasa sus manos por mi rostro tratando de quitarme el antifaz. - No. - Mm quisiera ver el rostro que oculta ese antifaz- mejor no, después se va el encanto y como dije somos fantasma nadie nos ve. - Quizás más adelante, ahora no. Es mejor así, le da misterio. - Si tu rostro es como tu manera de ser entonces debe ser hermoso. - Sí que sabes qué decirle a una chica. - No a todas, hace mucho que no me sentía tan auténtico con alguien. Quizás tienes razón y la máscara nos da la libertad de ser nosotros. Le sonrió, no sé que significa esto, pero me gusta lo que siento, me gusta esta confianza, este momento, me gusta él. Se acerca mirando mis labios, después solo siento sus labios sobre los míos y perdí toda la voluntad, son suaves, dulces, tiernos y apasionados. Va profundizando mientras le voy dando permiso de invadir mi boca, mi cuerpo, mi alma. Hasta que me aprieta a su cuerpo, este hombre es un experto en esto porque si besa tan bien no puede ser malo en nada. - Va a ser incómodo con el antifaz.- me dice. - No me lo quiero quitar. - No quieres que te vea, lo acepto. - me agarra y me lleva a su habitación, prende la luz y yo la vuelvo apagar escucho solo su risa. - Bien, luz apagada. Me vuelve a besar, ¿de verdad voy a hacer esto? No lo conozco, no se nada de él, pero está sensación es mágica, la quiero vivir. -Eres muy suave y dulce - me dice - creo que tocarte es un pecado, pareces una ilusión. - No podría haberlo dicho mejor. Lo vuelvo a besar, le quitó la blusa pasando mis manos por su hermoso cuerpo, definitivamente es del gremio, puedo sentir sus cicatrices, ver la sombra de un cuerpo en forma. Me desata las tiras del vestido y cae al piso. - Sí, eres un sueño. - me atrapa nuevamente en sus brazos - después de tanto tiempo te encontré. - ¿Me estabas buscando?. - No tienes idea.- este hombre no puede ser más romántico porque empalaga. Me acuesta en la cama mientras me observa, pero no siento pena, ni vergüenza sino confiada, hermosa. Se termina de quitar la ropa y es perfecto en todo su esplendor, prendería la luz solo para ver ese cuerpo.Se acuesta encima de mí dónde es bien recibido, veo que se quita el antifaz, pero en esta oscuridad no puedo ver su rostro eso meda confianza y me quito el mío. - Daría lo que no tengo para que me permitas verte.- dice mientras me besa con delicadeza pero con pasión. Luego baja por mi cuello, su boca llega a uno de mis pechos mientras lo besa su mano juega con el otro, sabe muy bien lo que hacer, después de unos minutos intercambia de pecho y yo ya estoy ansiosa, deseosa. - Si es un sueño no quiero despertar. - Yo tampoco me quiero despertar - escucho que dice, no es posible que haya dicho eso en voz alta. Me cayó y me dejó hacer, juega con mis senos como quiere hasta dejarme agitada, su boca vuelve a mi boca y sus manos baja hasta mi entrepierna y juega con mi deseo hasta darme mi primer orgasmo de la noche, mi gemido es callado por su boca la cual después sigue una línea de besos por mi cuerpo hasta suplantar su boca dónde estaban sus manos. -¡Ay por dios!.- esa boca debe ser un pecado, no me equivoqué si besa divino su lengua hace magia. En unos minutos me da dos orgasmos con su lengua sin darme tregua, vuele a subir hasta mi boca. - Como dije eres dulce. Me podría acostumbrar fácilmente a tu olor y a tu sabor. Ya me cansé de ser pasiva así que ahora soy yo quien está arriba, dibujo su cuerpo con mis manos, lo pienso a besar, su rostro, sus labios, su cuello, su pecho, su abdomen, sus piernas y luego que me cercioró besar cada parte de él y tenerlo ansioso llegó a su hombria que no tiene nada que envidiarle a nadie. Empiezo acariciar, miento lo escucho gemir, sé que sus ojos están en mí aunque apenas la sobra me deja verlo cuando sé que va a llegar bajo el ritmo de mis manos y uso mi boca. - Dios... Así es mejor...- dice entre cortado. Lo disgusto, disfruto, sus manos recogen mi cabello en cola para que no me estorbe, muy considerado. - No necesitas llegar hasta el final- pero esa no es la idea ¿o si?. Cómo sea lo ignoro y sigo embistiendo con mi lengua hasta que se tensa debajo de mí y explota. De un golpe siento que me atrapa y me acuesta en cama. - ¿Te puedo secuestrar?, Así te quedas toda la vida aquí.- me río y me besa. Empieza a buscar comodidad entre mis piernas, mientras lo ayudo, esto es mágico, jamás había sentido algo así. Entra en mí de una vez. - Ah... - Relájate un poco para entrar completo - ¿completo? ¿Es más largo?. Dios. - Me besa hasta que mi cuerpo se relaja y le permite entrar y sí que es grande. En minutos empieza a moverse y yo con él, es perfecto, es mágico, me hace sentir completa, amada. Me acaricia, me besa, juega, después de unos minutos torturándome, sus embestidas se hacen más rápidas hasta que me hace llegar el mejor orgasmo de mi vida y él conmigo. - No lo creo, eres tú.- le digo mientras su respiración se normaliza y lo beso. Encontré el hombre de mis sueños, si existe y es él. - ¿Estás bien? Eres perfecta. Pasamos toda la noche haciendo el amor porque no era sexo, era algo más, algo mágico, algo que solo ocurre con la persona correcta. Mi teléfono suena y lo contesto antes que se despierte. - Dígame.- es el capitán. - Buen día, en dos horas los quiero en la oficina tenemos un caso. - Perfecto. - eso es algo raro jamás tenemos casos de seguido, debe ser algo importante. Le escribo al equipo en dos horas tenemos que estar en la oficina de carácter urgente. Busco mis cosas en esta oscuridad únicamente encuentro mi vestido, mis zapatos y mi bolso, suficiente para irme. Veo a ese hombre perfecto en la cama, me acerco y le susurro al oído. - Sí eres de verdad me vas a encontrar. Le doy un beso y salgo corriendo de su casa, tengo el tiempo medido.Acabo de encontrar el hombre de mis sueños y no tengo ni la menor idea de cómo se llama ni cómo es, pero no cambiaría está noche por nada del mundo. Estás en problemas Natalia. -*- Trato de entender que pasó, como termine acostandome con un hombre que no conozco, un extraño y al mismo tiempo no cambiaría nada de esta noche. ¿Y si lo busco? pero resulta ser todo lo opuesto a lo que pienso, arruinó está noche con mi terquedad. - Que tarada, como no me fijé dónde vivía, ¿de que departamento policial será?.- me olvidó de mi enmascarado y me concentro en el trabajo Llegó corriendo a la oficina ya están todos solamente falta el capitán. - Teniente ¿Sabe porque está reunión? - me saluda Julio. - Buen día se dice. No, el jefe me llamo me dijo que quería ver al equipo. - Una misión tan rápido sería extraño - comenta Luis. - Ya veremos cuando llegue el capitán, si preguntan todos estuvimos en la fiesta y a los quince y veinte minutos nos fuimos ¿De acuerdo?. - Si jefa. - dicen todos al mismo tiempo. Entró a las residencias y Helena me sigue. - ¿Qué pasó ayer? Me preocupe cuando salí y no te ví, después no contestabas. - Lo sé, quise salir pero entre la multitud y el ruido me aturdió. Salí por el jardín. - ¿Qué más? porque te espere un buen rato antes que me dijeras que me fuera. - Helena - veo a todos lados - cometí una locura. - ¿Que hiciste?. - Estaba aturdida en la fiesta y no encontraba la salida de verdad sentí que me estaba afixciando si no es porque un caballero andante me agarró de la mano y me sacó de ahí. - ¿Un caballero?. - Helena, este hombre derrumbó todas mis defensas, esa sonrisa perfecta, esos ojos tan bellos y tan puros esa actitud de macho salvador pero a la misma vez gracioso y espontáneo. Era perfecto. - ¿Y quién es?. - No lo sé él estaba usando antifaz y yo también. Solo sé que me saco de la fiesta, estuvimos hablando durante horas, me sentía tan segura solamente me dejaba llevar por el que estaba sintiendo hasta que me llevó a su casa y bueno pasó lo que tenía que pasar. - Espérame, ¿me estás diciendo que tú la mujer más reservada y meticulosa que existe se acostó con un extraño?. - Es la primera vez que hago una locura cómo está y no me arrepiento de haberlo hecho. Es mi hombre perfecto, lo que siempre quise, lo que siempre soñé. - Me estás diciendo que te acostaste con él pero no sabes quién es.¿como es posible?. - Bueno es que no dijimos nuestros nombres, usamos el antifaz en todo momento y estuvimos juntos con la luz apagada; sentí que si nos quitabamos la máscara se iba perder todo esa magia y no quería eso. - Ósea que encontraste a tu hombre perfecto y no tienes ni la menor idea de quién es. ¿Y esta mañana cuando saliste qué te dijo?. - Es que estaba dormido cuando me llamó el capitán simplemente recogí lo que medio encontré y me vine. Pero le dejé mi antifaz. - Santo Dios. ¿ Y no tienes alguna idea de quién es?. - Sé que es policía, era perfecto te lo juro que la felicidad no me cabe en el pecho parece que fue un hermoso sueño en el cual ya me desperté y quedó ahí. - Que bien que somos un grupo de inteligencia encontramos lo que nadie más puede ¿así que podemos buscarlo?. - ¿Y que se supone que vamos a buscar Helena? chico sexy detrás de una máscara negra le hace el amor a una dama dorada. - ¿ Dama dorada? . - Me llamo así por el antifaz y el vestido. - Cierto qué era Dorado. Te dije que ibas a romper más de un corazón con ese disfraz. -Todo lo que pensé estaba ahí frente a mi, su sonrisa, sus ojos, su cuerpo, su manera de hacerme reír, su confianza, su coquetería, su manera de hacer el amor, me hizo sentir que estaba en el lugar perfecto. - Lo vamos a buscar. - No lo creo, mejor dejémoslo así. Ve que si después resulta ser casado con hijos o un policía corrupto, no. Déjame con mi príncipe detrás del antifaz. - ¿Haces algo que nunca te atreverías con el el hombre de tus sueños y quieres renunciar a eso?. Definitivamente estás loca. - Ni modo que vaya por cada departamento policial preguntando ¿quién se acostó con chica con antifaz dorado en su casa?. - No, tampoco tan desesperada. Espera durmieron su casa te sabes la dirección. - Estaba distraída y no vi muy bien la vía, cuando salí pedí un taxi. - ¿Tan descuidada fuiste? Si que este hombre te puso mal. Alexander nos interrumpe - señorita el capitán. - No hagas comentarios de esto - le digo a Helena. - Así será, pero yo encontraré a este hombre si tu no quieres.

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